Nuevas diligencias judiciales de la Audiencia Nacional sobre el 'caso Fidecaya'
El titular del Juzgado número 5 de la Audiencia Nacional, José Castro Meigel, ha convocado para hoy jueves un careo entre el director general de Seguros y los dos últimos propietarios de Fidecaya, Miguel Soriano y Vicente Edmundo Alfaro, a quienes el fiscal acusa de estafa y reclama responsabilidades civiles por más de 4.500 millones de pesetas. Estas y otras diligencias en curso retrasarán la decisión sobre el auto de procesamiento, pendiente desde hace varios meses, según medios judiciales.
Después de haber tomado declaración en enero a una veintena de testigos, el juez ha considerado necesario citar a otros catorce para determinar si existen indicios racionales de criminalidad que aconsejen los procesamientos pedidos por el Ministerio Fiscal.A la solicitud inicial contra Miguel Soriano Carrasco y Vicente Edmundo Alfaro, últimos propietarios de la entidad ahora en fase de liquidación, la acusación pública unió más tarde la del ex inspector de Seguros y luego ex administrador de Fidecaya Juan Aldaz. Este sigue en prisión provisional, y los otros, dos en libertad, obtenida por Alfaro tras depositar diez millones de pesetas como fianza.
Para resolver dichas citaciones, dirigidas a miembros de los últimos consejos de Fidecaya, como las precedentes, el titular del Juzgado número 5 de la Audiencia Nacional ha pedido previamente a la Policía que le facilite los domicilios de las citadas personas.
Si llevan el mismo ritmo que las primeras, estas diligencias pueden prolongarse al menos un mes, según medios judiciales consultados.
En cuanto al careo de hoy, tiene por objeto aclarar las contradicciones entre Soriano y Alfaro, de una parte, y el director general de Seguros, Luis Angulo, quien ya ha tenido que acudir a declarar dos veces.
Las citaciones a Luis Angulo (véase EL PAIS de los días 3 y 16 de febrero) responden al interés manifestado por las defensas de los inculpados en exculpar a Miguel Soriano y Vicente Edmundo Alfaro con el argumento de que la Dirección General de Seguros conocía la situación y evoluciones de Fidecaya.
Contradicciones entre los implicados
Mantienen especialmente que uno de los contratos denunciados como fraudulento (la venta de Gráficas Cosol, hace un año, por parte de Soriano a Alfaro, al precio de 850 millones de pesetas, como una de las compensaciones a la cesión de Fidecaya) fue escrito en el despacho del director general con su conocimiento.Luis Angulo ha señalado que volverá a declarar hoy lo mismo que en las dos ocasiones anteriores,; es decir, que fue un contrato privado y que en todo caso pudo ser escrito con la bola recambiable de su máquina de escribir eléctrica, pero en su secretaría y sin su conocimiento.
Todo ocurrió el mismo día que le llevaron a su despacho, antes de la firma, el contrato de cesión de Fidecaya por parte de Soriano a Alfaro.
Tres ejes de fraude
Aunque la querella presentada por el fiscal se refiere a tres presuntos ejes de fraudes (segunda entrada de Soriano en Fidecaya a finales de 1978, aportaciones sobrevaloradas de bienes a una ampliación de capital y venta de Fidecaya a Alfaro), la investigación judicial ha confirmado la existencia de muchas irregularidades durante los treinta años de vida de la entidad.El propio inspector Aldaz, quien luego pidió excedencia y estuvo al frente de Fidecaya con Soriano de propietario, informó que en 1977 Fidecaya realizaba operaciones especulativas prohibidas por la ley.
El resultado era que, si sus bases técnicas le autorizaban un coste medio de recursos del 9,74%, la propia memoria de la empresa en 1978 señalaba que alcanzó un 14,93%, aun cuando se supone que mediaban valoraciones caprichosas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.