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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Kant en Madrid

El profesor Sotelo publicó en su periódico un artículo titulado Kant en Madrid, glosando el trabajo de Lutoslawski de 1897, en la revista Kant-Studien. Efectivamente, es conocido este trabajo por cualquiera que se haya interesado por la filosofía en España en el siglo XIX. Y, por ello, sabemos que Lutoslawski dice en él bastantes más cosas que Sotelo, por razones desconocidas, se calla.1. Que los libros de Kant traducidos hasta esa fecha son: Principios metafisicos del Derecho (1873); Lógica (1875); Crítica del juicio seguida de las observaciones sobre lo bello y lo sublime (1876); Crítica de la razón práctica (1876); Fundamentos de una metafísica de las costumbres (1880); Crítica de la razón pura, primera parte (1883), única del alemán, y Metafisica, de Kant, editada por M. Poelitz (1877). A todas ellas podemos añadir nosotros otra traducción de la Crítica de la razón práctica ( 18 8 6).

2. Alude después el señor Lutoslawski a las exposiciones que sobre Kant hacen: D. Nicolás Salmerón, que señala que leyó la Crítica de la razón pura en idioma original, y no en francés, como nos dice Sotelo; Urbano González Serrano; Rey y Heredia, cuya Teoría trascendental de las cantidades imaginarias (1865) contiene la traducción del primer capítulo del libro I vde la Analítica trascendental; Arnau y Lambea, que expone a Kant en el Compendio de historia de lafilosofia (1847). Cita también Lutoslawski la Exposición histórico-crítica de los sistemas filosóficos modernos (1861), de Patricio de Azcárate. Cuando nos habla de Perojo, señala, además de su traducción de la primera parte de la Crítica de la razón pura, del alemán, la traducción de la Biografía de Kant, de Kuno Fischer, y su Ensayo sobre el movimiento intelectual en Alemania ( 18 7 5); y también cita, por no alargar, a Moreno Nieto, Ares y Sanz, Nieto Serrano, Federico de Castro; incluso a F. Caminero y Zeferino González como detractores.

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Si añadimos nosotros a lo anterior las exposiciones de J. M. Rodríguez, Ensayo crítico sobre los sistemas filosóficos de Kant, Fichte, Schelling y Hegel (1885), las Discusiones sobre la metafísica, de Indalecio Armesto (1878), y las múltiples citas y notas de González Serrano, quizá el más kantiano de todos ellos, a partir de los textos alemanes de Zeller, K. Fischer, Erdmann, y Harms, podremos decir, contrariamente a lo que deduce el profesor Sotelo del artículo de Lutoslawski, que Kant sí pasó los Pirineos.

La historia de la filosofía española del siglo XIX está por hacer. No fue quizá muy brillante, pero tampoco conviene ocultar datos que deformen su interpretación. / profesores de Historia de la Filosofía Española.

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