Las autoridades polacas anuncian una nueva fase de depuraciones
Tras los disidentes y los críticos, la campaña de depuración lanzada por las autoridades polacas desde la instauración del estado de guerra alcanza ahora a los tibios. Quienes en el Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP, comunista) o en la Administración no pongan el celo suficiente en defender la política de reconstrucción nacional del general Wojciech Jaruzelski, quienes en los próximos tres meses manifiesten pasividad o no demuestren entusiasmo ante la nueva situación, pueden verse obligados a dimitir en el POUP y ser destituidos en sus cargos oficiales.El órgano del Comité Central del POUP, Trybuna Ludu, publicó el jueves una larga declaración del buró político en la que establece el calendario de esta nueva fase de depuraciones. Para antes de que finalice el próximo mes, las organizaciones del partido deberán efectuar "una evaluación de la situación política" y un estudio sobre "el estilo de trabajo" de las personas, pertenezcan o no al partido comunista, que ocupan altos cargos. También será revisada la actitud de los militantes en sus puestos de trabajo.
Dentro del mismo plazo, las secciones del comité central encargadas de los sectores científico, ideológico, cultural, educativo y periodístico deberán realizar una tarea similar.
Este análisis servirá al buró político para definir "un programa político a largo plazo" en estos campos.
Para finales de junio, los militantes del partido que no reúnan las condiciones precisadas tendrán que "dar explicaciones" y se actuará en consecuencia. Las direcciones regionales del POUP examinarán en las tres próximas semanas los programas y la actividad de todas las "estructuras no estatutarias" que se han formado en el seno del partido durante los dos últimos años.
Esta consigna parece afectar, en igual medida tanto a los forum creados por los duros, como a las estructuras horizontales en torno a las que se reagruparon los comunistas polacos partidarios de la renovación y demás grupos de presión formados en el POUP. A pesar del equilibrio aparente, todos estos análisis van a afectar a todos aquellos que acogieron sin entusiasmo el estado de sitio dictaminado en diciembre y la suspensión del, sindicato Solidaridad.
De esta manera, el POUP trata de recuperar su "papel dirigente" en la sociedad polaca, remodelando en "la acción y la lucha por el carácter socialista de las reformas, su lucha contra los enemigos del socialismo".
Sin embargo, esta perspectiva corre el riesgo de quedar en pura teoría, ya que el buró político, es decir, el general Jaruzelski, presenta en su resolución publicada por Tribuna Ludu su apoyo "a las resoluciones del Comité Militar de Salvación Nacional". De hecho, el POUP parece destinado a actuar como correa de transmisión de un poder que se basa en la fuerza. Por el momento al menos, el retorno del partido comunista a la escena política parece condicionado a su supeditación al Ejército, cuyo Estado Mayor es, implícitamente, la única institución estable de Polonia. También implícitamente, la declaración del buró político aplaza la reaparición de sindicatos independientes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.