Se moderaron las bajas en bancos y eléctricas

Los procesos vendedores experimentaron ayer un repentino parón, como consecuencia, por una parte, de la disminución de la oferta en los valores bancarios, y, por otra, de la desaceleración en las caídas de las eléctricas. Si a esto se le suma la mejora de un punto que registró Telefónica en el mercado madrileño, se entiende con facilidad que la pérdida del índice general de Madrid se limitase a 53 centésimas, a pesar de los negros presagios que se intuían a la vista de los débiles cierres de las sesiones del martes.El análisis de estas reuniones resulta complicado por cuanto se barajan una serie de argumentos que, aparentemente, no tienen gran relación entre sí, pero que contribuyen, en su conjunto, a explicar el errático comportamiento actual de los mercados de valores nacionales.

Por una parte, aparecen los argumentos estrictamente técnicos. Si la bolsa no sube tiene que bajar, un mercado estático es la antítesis del mercado, y los especialistas actúan en consecuencia, aportando partidas de títulos de signo vendedor a la vista de que la bolsa no puede mejorar sus cambios. Ganar dinero es su máxima, y si no se puede conseguir un comportamiento alcista, se presiona para conseguir una baja, a la que lógicamente sucederá una mejora en los precios de las acciones.

En segundo lugar, hay que considerar todo ese enjambre de condicionamientos socio-políticos que van desde la evolución del juicio a los encausados en el intento de golpe de Estado del 23-F, hasta las escaramuzas parlamentarias, o las declaraciones de los líderes de las distintas formaciones políticas, sindicales o patronales. Aquí habría que inscribir el clima de desconfianza que se generó en la mañana de ayer como consecuencia del revolcón que sufrió en el Parlamento el partido en el Gobierno como consecuencia de las votaciones sobre el Estauto autonómico valenciano. Los viejos fantasmas que amenenazan con la convocatoria de elecciones anticipadas ante la debilidad parlamentaria de UIED renacieron con nuevos brios, y los temores ante una eventual victoria del PSOE en los comicios legislativos volvieron a pesar en el ánimo de los inversores, quienes, de no haber mediado esta circunstancia, posiblemente habrían apoyado con alegría los indicios de reactivación del mercado.

El grupo bancario volvió a cargar con el protagonismo de las reuniones. En la bolsa madrileña, la única en la que es posible conocer con alguna fiabilidad las posiciones del mercado, la oferta conjunta para los siete grandes se redujo a la mitad que en la jornada anterior. Los 196.567 títulos que sumaban estos saldos vendedores, aparecían repartidos con bastante igualdad, destancando Banesto como el más afectado por las ventas, con 63.284 acciones, mientras en el tramo de la menor oferta aparecía el Vizcaya con 9.852 títulos.

Sin embargo, la anécdota de la jornada la constituyó el proceso de formación de cambio del Popular, quien llegó a aparecer en el tablero de cotización con un cambio de 330% para borrarlo y acabar a 339% como consecuencia de una pugna entre los representantes de la entidad y algún comprador institucional empeñado en tomar las 24.000 acciones que el banco presentaba como saldo vendedor, eso sí, por debajo de los precios del día anterior.