Francia e Israel

(...) Los puntos de vista francés e israelí son, por otra parte, completamente diferentes desde el momento en que se trata de definir el objeto mismo de la visita. En el Ministerio israelí de Relaciones Exteriores se dice con insistencia que el encuentro tiene por objeto mejorar las relaciones bilaterales, pues es necesario estrechar los lazos entre los dos países. Pero en los medios diplomáticos franceses se destaca el valor internacional de la gestión de Mitterrand, que cree que puede demostrar que es capaz de tener el mismo lenguaje en Israel que en los países árabes.Sin querer indisponerse con su huésped, los israelíes podrán señalar que no han sido los únicos en darse cuenta de la existencia de matices discordantes entre las declaraciones de Mitterrand y de Cheysson, ya que en París mismo esto ha causado cierta perturbación. Beguin posee una carta para incitar al Gobierno francés a la prudencia, y de hecho, para ponerlo en guardia.

Beguin, más que sus predecesores, sabe aprovecharse de las mínimas indiferencias en el seno de otro Gobierno. Los norteamericanos lo saben. Ultimamente, el primer ministro israelí ha agudizado las disensiones entre el secretario de Defensa, Weinberger, y el secretario de Estado, Haig.

El primer ministro teme una iniciativa diplomática en el Oriente Próximo. Ha combatido con vigor el plan de Europa, bosquejado en la declaración de Venecia de 1980, y el plan Fahd, que podía representar una apertura. (...)

4 de marzo