Un escueto comunicado pone fin a la reunión de provinciales jesuitas

Ayer, la oficina de Prensa de los jesuitas dio a los periodistas el primero y el único de los comunicados oficiales sobre la reunión que los 106 provinciales de la compañía tuvieron en la villa Cavalletti, a las afueras de Roma, desde el 23 de febrero hasta el 3 de marzo. Se trata de un comunicado, como dijo un vaticanista, sin crónica. Y es que, de verdad, no dice nada.Afirma que los superiores fueron recibidos por el Papa, que el padre Arrupe tuvo una homilía «leída por el padre Pittau», que el padre Dezza y el padre Arrupe mandaron al Papa un telegrama dándole las gracias « por su acogida paternal y su discurso estimulante», que el 1 de marzo el cardenal Pironio, prefecto de la congregación de religiosos, les celebró una misa en villa Cavalletti; que los jesuitas estudiaron «los principales temas expuestos por el santo padre en su alocución del 27 de febrero».

Pero ¿cómo han respondido los superiores jesuitas al discurso del Papa?, que es lo que los periodistas esperaban encontrar en el comunicado. El documento de la curia lo explica así: «El conjunto de la reunión se ha desarrollado en una atmósfera de franqueza y apertura fraternales y ha evidenciado la gran unidad que existe entre los jesuitas de todo el mundo». Unidad en qué cosa, porque éste es el programa, ya que, al parecer, antes del discurso del Papa existió una gran unidad en el sentido de que «la Compañía de Jesús tiene que seguir en su línea de apertura y de empeño religioso, y también social y político, allí donde lo exija la fidelidad a los pobres y al evangelio».

Lo que sí es quizá más significativo es que el comunicado recoge de todo el discurso del Papa una sola frase: la que habla de la posibilidad de convocar este mismo año a la congregación general para nombrar al sustituto de Arrupe. Al parecer, en lo que sí hubo unanimidad en una asamblea que se ha revelado mayoritariamente arrupiana ha sido en apoyar la propuesta del Papa de que se hagan pronto las elecciones.