Posible venta de colegios de huérfanos de ferroviarios a la Policia Nacional

El cierre inminente de dos de los cuatro colegios que la Institución de Huérfanos de Ferroviarios regenta actualmente en España, con un presupuesto próximo a los 640 millones de pesetas anuales, ha motivado las protestas de la mayor parte del alumnado, que se opone a la desaparición de los centros. Estos centros que se financian desde hace tres décadas con aportaciones de los trabajadores de Renfe, Ferrocarriles de Vía Estrecha (FEVE) y Ferrocarrile Metropolitanos de Madrid y Bar celona, podrían pasar a la Policía Nacional.Más de doscientos alumnos del colegio de León, sobre un total de 251, han enviado un escrito a los consejeros de la Institución en el que se pide la anulación del pro yecto de cierre y se hace hincapié en los problemas familiares de inu chos de ellos, que no podrían recibir una atención humana y escolar adecuada con las ayudas que actualmente se pagan a los huérfanos para que permanezcan en sus domicilios (unas diez mil pesetas mensuales). Los alumnos piden como alternativa, que se potencie la calidad de enseñanza en los centros, abriéndolos, incluso, a los hijos de ferroviarios en activo.

En estos momentos la Institución mantiene cuatro internados en León, Madrid, Palencia y Alicante con cerca de ochocientos alumnos, sobre una capacidad de 1.450 plazas. El hecho de que éstas estén ocupadas sólo al 50% y que el número de huérfanos de trabajadores de ferrocarriles sea de unos 2.600 es, precisamente, lo que ha dado pie a contemplar la posibilidad del cierre, después de que otros dos centros -los de Avila y Torremolinos- hubieran seguida la misma suerte.

Esta posibilidad, que tendrá que decidirse el próximos mes de junio, aparece apoyada por los representantes que la Administración y Renfe controlan en el consejo de colegios, mientras que el Metro de Barcelona y las centrales sindicales se oponen al proyecto. Fuentes de CC OO manifestaron en este sentido a EL PAIS, que desde hace un año se está debatiendo la posible venta de los colegios a la Policía Nacional y su reconversión en internados para huérfanos de este cuerpo armado o para academias, lo que ha motivado serios enfrentamientos en la Institución.

En principio, las alumnas de los centros femeninos ferroviales serían agrupadas en Alicante y los alumnos en Madrid, previa desaparición de los colegios de León y Palencia. Según los alumnos la operación supondría masificar los internados supervivientes en detrimento de la calidad de la enseñanza.

Agrupando a huérfanos de edades, procedencias y niveles escolares tremendamente dispares -entre seis y dieciocho años- y empujándolos a quedarse con sus familias mediante subvenciones o becas de dudosa eficacia. Por el contrario, esta pretensión se justifica oficialmente en estudios pedagógicos recientes encargados por la Institución ferroviaria, según los cuales la formación humana y escolar de los huérfanos debe basarse más en sus núcleos familiares que en los internados.