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El Polisario considera consolidada la República Saharaui seis años después de su creación

El Frente Polisario considera que la República Arabe Saharaui Democrática (RASD), fundada el 27 de febrero de 1976 y reconocida actualmente por 45 Estados, entre ellos veintiséis africanos, está consolidada políticamente.

La controvertida admisión de la RASD en la Organización para la Unidad Africana (OUA), reunida en consejo ministerial en la capital de Etiopía, aparece para los independentistas saharauis como la confirmación de los logros obtenidos diplomática y militarmente en los seis años de existencia.El apoyo prestado por Argelia y Libia ha sido determinante para esa consolidación de la RASD y para llevarla al seno de la OUA, aun cuando esta última decisión sigue supeditada al resultado final de las querellas que díviden a los africanos entre partidarios y de tractores de los independentistas saharauis.

La voluntad del régimen argelino de acabar con la tensión regional existente en el Magreb, debida al conflicto del Sahara occidental, y la de restablecer relaciones con Marruecos no se ha traducido en presiones de ningún tipo sobre los saharauis. Este hecho es admitido por buen número de observadores occidentales, quienes consideran que la RASD y Argelia han establecido una coalición de intereses estratégicos que les obliga a res paldarse mutuamente.

Con la Jamahiria libia, la RASD se ha enfrentado a varias presiones de carácter político a partir de la voluntad del coronel Gadafi de desempeñar un papel de coordinador entre saharauis y mauritanos. El restablecimiento de relaciones entre Rabat y Trípoli tampoco parece haber desembocado en un corte brutal del apoyo militar y financiero prestado por los libios. En un orden de importancia, tras Argel y Trípoli, la ayuda material de que dispone el Polisario procede de una gama amplia de países, entre los que se destacan Irán, Yugoslavia, Cuba, y Madagascar. Este último país fue el primero en reconocer a la RASD, al síguiente día de ser fundada.

En la esfera política, las grandes carencias de la RASD hay que situarlas en el terreno de sus relaciones con los países del bloque comunista europeo, con la Guinea de Sekú Turé y las capitales del mundo árabe, reacias a intervenir en lo que consideran una lamentable querella entre árabes.

Otro fenómeno de la progresión diplomática, con altibajos, del Frente Polisario está constituido por el hecho de que a su lado se hallan países progresistas y reaccionarios en una misma amalgama. Esta mezcla le ha otorgado la mayoría de los miembros de la OUA desde la cumbre celebrada en Nairobi en junio del pasado año. Una actuación destacada del rey Hassan II en ese foro, en la que proclamó su acuerdo al principio de un referéndum en la ex colonia española, logró bloquear la entrada de la RASD, materializada hace pocos días en Addis Abeba.

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Conflicto clásico

En el terreno militar, la guerra del Sahara se ha convertido en un conflicto de tipo clásico que enfrenta a dos ejércitos equipados modernamente. Las diferencias más notorias radican en la mayor movilidad de los saharauis, que no ha podido ser contrarrestada por la utilización de la aviación por el cuerpo expedicionario marroquí.La batalla de Guelta-Zemmur, en octubre pasado, llevó a Marruecos a adoptar una nueva estrategia de contención en el interior del muro defensivo edificado en torno al Sahara útil, desde la cadena montañosa del Uarkiz hasta las proximidades de Bojador. Los intentos de romper esa línea (las últimas operaciones conocidas son las de Ras el Janfra y Jreybichet, en enero de este año) no han dado los resultados apetecidos.

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