La baja del precio del crudo mexicano reducirá el coste en dólares de la factura petrolera española
México se convirtió ayer en el primer productor importante de petróleo que baja sensiblemente su precio oficial, al anunciar una reducción de 2,50 dólares en el barril de su crudo maya, hasta dejarlo en 32,50, y de 1,50 dólares en el pesado istmo. La baja, que reducirá el coste en dólares de la factura petrolífera española (México es nuestro segundo suministrador de crudos), es un eslabón más en el hundimiento general que se está produciendo en los mercados internacionales de petróleo y que han forzado a la OPEP, el cartel de productores, a evacuar consultas telefónicas urgentes durante la última semana para tratar de detener dicha caída. Los expertos estiman que el precio del petróleo puede llegar a un mínimo de 251 26 dólares por barril a mediados de marzo, al menos en los mercados libres.
Aunque el número de productores que han reducido oficialmente su precio es todavía poco numeroso, los analistas del mercado mundial estiman que las bajas decididas por Irán, Gran Bretaña, Noruega y, ahora, México, denotan el dificil momento que atraviesa el mercado, fundamentalmente debido a la fuerte caída de la demanda en los países industriales. Esta caída es resultado, primordialmente, de la crisis económica que sacude a Occidente, que ha hecho disminuir las necesidades energéticas de los países más desarrollados.
Nuevos mínimos
Tal es así que alguna publicación especializada, como Petroleum Information International, estima en su último número que, aunque la caída de los precios puede ser un fenómeno temporal, es previsible que se alcancen nuevos mínimos a mediados de marzo, a juzgar por la actual tendencia en los mercados spot o de entrega inmediata. En estos momentos, el precio del crudo arábico ligero, situado oficialmente en 34 dólares, ha descendido en Roterdam a 29 dólares con una demanda casi nula.
Según estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el consumo de petróleo en el llamado mundo no comunista se ha reducido en casi un 20% en los últimos doce meses. La disminución de la demanda, aunque es general, está afectando fundamentalmente a los trece miembros de la OPEP, que han visto bajar su cuota de mercado de un 50% hace un par de años a menos del 40% en las dos primeras semanas de febrero. En términos absolutos, la producción OPEP ha descendido de unos 2,4 millones diarios de barriles en 1981 a menos de veinte millones en esa quincena de febrero.
En algunos miembros de la OPEP, esta fuerte caída de la demanda ha dado origen a situaciones financieras preocupantes. Venezuela, uno de los países menos afectados, podría llegar a perder este año más de 2.000 millones de dólares en ingresos de continuar así el mercado. Otros productores miembros del cartel se han visto aún más perjudicados. Tal es el caso de Irán, que apenas vende 700.000 barriles al día de un volumen de producción, que aunque distorsionado por la revolución y por la guerra fronteriza con Iraq, puede alcanzar con un poco de buena voluntad unos tres millones diarios.
Pero no es sólo Irán el único perjudicado, aunque sea quizá el caso más resaltable debido a las enormes necesidades financieras que tiene en estos momentos por culpa de la guerra. De hecho, Iraq se encuentra en la misma situación o peor que su adversario bélico y algo parecido sucede con los países del Golfo, con excepción quizá de Arabia Saudí. Estos países, acostumbrados a unos ingresos fijos muy altos, están sintiendo duramente la fuerte disminución de sus ventas (hasta un 66% en el caso (de Kuwait, por ejemplo), especialmente por la repercusión que la pérdida de clientes está teniendo en el flujo de sus ingresos financieros.
La conferencia de la OPEP, aplazada
Todo esto ha llevado al presidente de la OPEP, el ministro de Petróleo de los Emiratos Arabes Unidos, Mana Al Dteiba, a realizar intensas gestiones para buscar un acuerdo interno de distribución del mercado. El objetivo de Oteiba era convocar una reunión extraordinaria de la OPEP para hoy, pero la oposición de algunos de los miembros del cartel, concretamente Venezuela y Arabia Saudí, a que esta conferencia se reuna sin la existencia de un acuerdo previo, ha provocado su aplazamiento en por lo menos dos semanas.
La impresión que existe en medios próximos a la OPEP es que es incluso improbable que el consorcio se pueda reunir en dicha fecha. La razón estriba en la dificultad de alcanzar un acuerdo previo de distribución de mercado, cuya base central sería una reducción de los volúmenes de producción de Arabia Saudí. A este respecto hay, que tener en cuenta que el gobierno de Ryad ya ha reducido en algo más de dos millones diarios de barriles su producción (de 10,3 millones a poco menos de ocho millones) y es comprensible que sus dirigentes, pese a llevar una clara política de mantenimiento de su precio oficial, se nieguen a perder la base de su dominio del mercado, es decir su alta producción y sus clientes fijos.
Los expertos estiman que lo más probable es que el mercado siga impactando la caída de la demanda con una tendencia a la baja en los precios. De hecho, la baja de los precios oficiales ya se está registrando mediante la clásica política de algunos países de ofrecer fuertes descuentos en determinadas compras.
Pero si esta situación es adversa para los países productores no sucede lo mismo con los consumidores. La baja del precio del crudo azteca tiene una repercusión directísima para España, ya que México es nuestro segundo suministrador con un nivel de ventas cercano a los siete millones de toneladas anuales. La reducción del precio es efectiva el primero de marzo y, a partir de entonces, el crudo azteca costará un 7% menos.
Lo mismo sucede con el crudo iraní, reducido ya en cuatro dólares. Irán es, a su vez, un importante suministrador de varias refinerías españolas, con lo que el petróleo iraní podrá llegar a ellas más barato en términos de dólares. Otro cantar es si esta baja del precio es lo suficientemente amplia como para compensar la depreciación que está experimentando la peseta frente al dólar.
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