Paralizados de nuevo los ferrocarriles británicos
La red de ferrocarriles británicos quedó ayer -y el martes- paralizada a causa de la huelga de los 20.000 conductores de locomotoras, en un conflicto que se alarga desde hace cinco semanas. Los intentos de solución han fracasado hasta el momento, al rechazar Aslef, el sindicato de la mayoría de los maquinistas, un arbitraje independiente. La disputa se centra sobre la retención de 3% de subida salarial a estos trabajadores. British Rail alega que esta subida, acordada en agosto, está ligada a unos acuerdos sobre productividad, incidiendo especialmente sobre los turnos de trabajo. Aslef rechaza esta interpretación, negándose a hacer declaraciones públicas ante la comisión independiente que está intentando resolver este nudo gordiano. El público, soliviantado, no llega realmente a saber quién lleva la razón. Desde que comenzaron estas huelgas intermintentes de dos días laborables a la semana, más domingos, British Rail ha perdido ochenta millones de libras (más de quince millones de pesetas), sin contar el coste que podría suponer la pérdida permanente de su clientela. La retención del 3% señalado supone unos cuatro millones de libras al año. No se trata sólo de dinero, señaló un portavoz de British Rail a este periódico, sino de que esta confrontación es sólo la primera en torno a una serie de medidas para mejorar la productividad de esta empresa nacional. Los intentos de hacer funcionar la red ferroviaria con los pocos maquinistas afiliados a otros sindicatos han fracasado.
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