_
_
_
_

El Salvador, entre el escepticismo y la esperanza

La pequeña República centroamericana de El Salvador, que por segunda vez en su historia se clasifica para la fase final de un Campeonato del Mundo, se encuentra entre el escepticismo y la esperanza en relación con su participación en el Mundial de España. No existe mucha expectación por lo que pueda hacer la selección en el torneo. Se da la circunstancia de que tanto en 1970, cuando jugó en México, como ahora, el panorama político del país está revuelto y vive una auténtica guerra civil.

La guerra que mantienen la Junta Cívico-Militar- de Jose Napoleón Duarte y las guerrillas han sumido al país en la bancarrota y por tanto al fútbol, que, sin embargo, logró su clasificación en la fase previa de Honduras disputada en Tegucigalpa donde marcó tan sólo dos goles, uno a México y otro a Haití. Empató sin goles con su acérrimo enemigo, Honduras, e hizo el mismo resultado con Cuba. En el partido inaugural perdió con Canadá por un gol.Serán pocos los salvadoreños que acompañen al equipo a España. La selección espera mejorar su actuación de 1970 en el Mundial de México. En esta ocasión cuenta con tres jugadores fundamentales, artífices de la clasificación para esta fase final. Se trata del guardameta Ricardo Guevara Mora, que tan sólo encajó un gol en los cinco partidos disputados en Tegucigalpa; el centrocampista Norberto Montoya, que se encuentra enrolado en un equipo mexicano y representa la experiencia del equipo, con su más de medio centenar de partidos jugados como internacional y el delantero Jorge González, que recientemente ha sido elegido entre los 40 jugadores más destacados por la revista de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA).

Uno de los príncipales problemas que tendrán los salvadoreños con sus adversarios será su escasa envergadura física, ya que su altura y peso medio está muy por debajo del resto de las seleccíones. La falta de pro,fesionalidad de sus jugadores representará otro handicap, ya que se encuentran faltos de competiciones internacionales de cierta importaricia.

Mauricio Rodríguez, conocido por Pipo Rodríguez, es el joven seleccionador del equipo naciona salvadoreño. Cuenta 36 años de edad y es, por tanto, el técnico más joven de los que participarán en la fase final. Tiene el título de ingeniero, ha dedicado su vida al fútbol y participó con su selección en el Mundial de México, en la que ocupó el puesto de delantero centro. Pipo Rodríguez tenía fama de goleador y no consiguió un sólo tanto en dicho campeonato. El Salvador, por el contrario, encajó nueve goles frente a sus contrarios, la URSS, Bélgica y México. Si los goles fueron un obstáculo en su carrera como futbolista, lo siguen siendo en su nueva tarea de técnico. El Salvador marcó dos goles en sus encuentros clasificatorios para el Mundial-82. Ninguna selección ha obtenido tan gran rendimiento de tan escasa capacidad rematadora.

Este defecto en el juego de la selección no impide al técnico a extraer conclusiones esperanzadoras: "Sé que nuestro equipo practica un fútbol mediocre, pero para ganar; pienso que es preciso que los jugadores tengan un 50 % de entusiasmo, un 30 % de fuerza y un 20 % de fútbol". Ese escaso porcentaje de sabiduría futbolística le obliga a reforzar la preparación de su línea defensiva, bloque fundamental en el esquema que El Salvador presentará en el Mundial-82.

González, 'el Mágico'

Los jugadores de la selección salvadoreña pueden aspirar a que un intermediario se fije en su juego y les contrate para algún equipo modesto español. Más aspiraciones no se les puede pedir, si bien alguno aspira con ambición al Mundial-12. Es el caso de Jorge González, el Mágico, el jugador más destacado de El Salvador. El piensa que será reconocido como uno de los mejores jugadores en el próximo campeonato. Los técnicos dicen de él que posee un buen regate y es su país el líder de la selección de su país.

Otras estrellas de la selección son el guardameta Luis Ricardo Guevara Mora y el centrocampista José Norberto Montoya. El primero tiene sólo dieciocho años y comenzó a jugar al fútbol por casualidad, ya que se dedicaba con preferencia al baloncesto. Mide 1,88 metros y es hombre de gran envergadura. Jugó los cinco partidos de la fase clasificatoria y su buena actuación le otorgó los laureles de la titularidad indiscutible.

Más experiencia tiene Hueso Montoya, de veinticuatro años, el jugador salvadoreño con más actividad internacional. Juega en el equipo mexicano del Monterrey, un primera división, y posee buena técnica de balón. Será pilar fundamental en el centro del campo.

Sin embargo, de la línea delantera, casi totalmente renovada, se tienen escasas noticias. Francisco Ever González logró el trascendental gol de la victoria frente a México, que permitió la clasificación de El Salvador.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_