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Checoslovaquia, campeona de Europa en 1976, una incógnita para el Mundial

Checoslovaquia se presenta bajo el signo de la incógnita. Va a tener difícil su acceso a la segunda fase del Mundial, aunque también será un complicado adversario para sus rivales de grupo, Inglaterra y Francia, y Kuwait. Una selección checa que en el año 76 sorprendió al proclamarse campeona de Europa, pero que ha perdido buena parte de su potencial con la retirada o la vejez de sus máximas estrellas, como Panenka, Bicovsky o Nehoda.

Los aficionados recuerdan un excepcional partido disputado por checos y alemanes en el campeonato de Europa del 76, en Yugoslavia, que valió el título a la se lección checoslovaca. Un dramático empate a dos goles, y decisión por penaltis. En el último de cada equipo el alemán Hoeness falló el suyo, y el todavía en activo Panenka, hoy en el Rapid de Viena, lograba el título para su país con un lanzamiento que dejó atónito al meta germano Maier.Han pasado los años, y ante el Mundial ya no existe la euforia de entonces. Nadie se atreve a hacer un pronóstico de lo que puede ocurrir a la selección que, por otra parte, se ha clasificado con bastantes apuros, ya que el equipo de Gales estuvo, hasta el último instante, con grandes posibilidades de quitarle la plaza. Checoslovaquia ha perdido bastante clase y técnica con la retirada de algunos de sus hombres más destacados. El seleccionador, Venglos, busca contrarrestar esta disminución del nivel técnico de sus hombres con fuerza física y un sacrificio constante.

La Liga checa se reanuda este mes, aunque al tratarse de un país socialista no existen problemas con los clubes. La selección prima por encima de todo, y se intenta aunar criterios para facilitar la labor del técnico.

Venglos, un enigma

Checoslovaquia puede ser uno de los enigmas del Mundial. Puede decirse que se encuentra en esa zona media en la que de un buen partido inicial depende la trayectoria futura del equipo. El seleccionador Josef Venglos cuenta inicialmente con dieciocho hombres, que concentrará varias veces en la región montañesa de Eslovaquia. Sus jugado res no solamente se dedicarán a fútbol, sino que practicarán también otro tipo de deportes, como gimnasia o esquí. El dilema para el enigmático Venglos es si su selección llegará con potencia al campeonato. Al haber elegido el camino de la fortaleza física de sus hombres, el cansancio de éstos y la acumulación de encuentros, podría quitarle su primer objetivo.

De momento, la trayectoria checa en eurocopas y mundiales prueba que puede estar entre las .mejores. Venglos tomó el relevo de Jezek en el 80, y estuvo presente entre las ocho mejores de la Eurocopa de ese año. Su historial más antiguo tampoco lo tienen otros países: subcampeón del mundo en el 34 y en el 62. Venglos ha entrenado a uno de los mejores equipos del país, el Slovan de Bratislava. En la Eurocopa de Italia fue segundo entrenador.

El seleccionador sabe que la edad media del equipo es algo alta para aspirar a todo en el Mundial, pero insiste esencialmente en la condición física de sus hombres. Dada la idiosincrasia de la Liga checa, donde el factor campo es determinante, Venglos observa en los partidos siempre a los visitantes. Eso parece indicar que formará un equipo con jugadores que sepan ser fuertes en defensa y salir con rapidez al contragolpe. Busca, en suma, un fútbol moderno, sin exquisiteces ni tecnicismos.

Panenka y Bicovsky

Antonín Panenka será una de las claves de la selección checa para el Mundial, pese a jugar en un equipo extranjero, el Rapid vienés. Ex jugador del Bohemians de Praga, se conoce la ciencia del fútbol al dedillo. Es técnico y su principal característica es el pase de largas distancias. Puede compararse a hombres como Netzer, con quien tiene cierto parecido físico. Pero como todos los jugadores eminentemente técnicos también tiene sus puntos negativos, en este caso su espíritu poco luchador, y su desaparición del campo cuando el contrario que le marca utiliza sistemas que bordean la ilegalidad. Es el encargado de lanzar todas las faltas cercanas al área, y los penaltis. Su carácter es apacible, tranquilo. Jamás ha sido expulsado. Está casado y tiene dos hijos.

La Federación, que casi nunca permite que un jugador salga al extranjero, premió a Panenka con su autorización para jugar en el Rapid, una vez que el jugador participó cincuenta veces con la selección. El club vienés obtuvo sus servicios sin pagar en concepto de traspaso.

Bicovsky, del Bohemians de Praga, es todo lo contrario a Panenka. Jugador típico de club, reúne cualidades de contundencia y dureza. Su juego es algo tosco, pero eficaz, y está capacitado para actuar en el centro del campo, como rompedor, o en cualquier puesto de la defensa, fundamentalmente como central. Es temperamental, suele estar metido en todos los líos y ha visto demasiadas veces las tarjetas de colores. El propio Venglos está preocupado con esta circunstancia y dice que es un jugador "que tiene casi todo, menos oído, pues no sabe apenas escuchar a los árbitros".

Con 31 años y cuarenta veces internacional, ya no es el jugador indiscutible en la defensa que fue en la Eurocopa, porque atraviesa un ligero bache. Sin embargo, nadie duda de que será uno de los defensas del equipo en la hora de la verdad. Sus condiciones físicas son espléndidas, y tiene una elasticidad fuera de lo común para el juego aéreo. Es duro y contundente. Otro jugador importante, aunque alcanzado también ya por el peso de la veteranía, es el delantero Nehoda, del Dukla de Praga, con un indudable olfato goleador.

Desde comienzos de 1980, Checoslovaquia ha disputado veintinueve encuentros internacionales, de los que ha ganado doce, empatado ocho, y perdido nueve. Entre sus empates en campo contrario figura el conseguido frente al campeón del mundo.

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