El coche y la imagen
La imagen que una empresa crea de sus productos es el mejor argumento para sus ventas. Sea unaPasa a la página 10
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imagen de calidad general, o de unas virtudes concretas. La pequeña historia del comercio está llena de robos de imagen (utilización de envases, logotipos o marcas muy parecidas a la prestigiada) y, de falseamientos. Yo he sido víctima de uno de éstos: una determinada fábrica de automóviles los ha prestigiado como rurales al 100%: camineros, camperos y hasta todo-terreno. En un feliz spot televisivo, uno de los coches grandes de la familia se alza sobre toda clase de pedruscos y baches, para que una orquesta de cámara pueda seguir interpretando a Mozart, sin sobresaltos. Yo mismo, en uno de los pequeños, hecho "para gente encantadora", he recorrido los caminejos manchegos, y hasta he atravesado un riachuelo sin problemas. Por uno de estos caminos, ya conocido, me introduje recientemente, conduciendo el recién nacido de la familia ("¡Qué grande eres, pequeño"'). Su suspensión alargada, además de la imagen de la marca, me hicieron creer que también sería apto para el medio rural. ¿Fue un error? ¿0 ha sido un engaño de la imagen? El recién nacido ha resultado ser un coche tan bajo como el veterano Mini: un predrusco que no sobresalía gran cosa destrozó por completo el motor ¡que tenía apenas 2.000 kilómetros! Ha costado tres semanas repararlo, por un importe de 90.000 pesetas. No sólo he tenido que pagar éstas, sino que he perdido la amistad de quien me prestó el coche. Mi abogado está intentando que prospere una denuncia contra la fábrica por "estafa de imagen". No estoy seguro de recuperar dinero y amistad, pero, con la ayuda de la OCU, confío en obligar a la empresa a hacer figurar en grandes letras, en cada nuevo coche, un aviso del estilo: "Ojo, este coche, a efectos rurales no es un ... (aquí la marca)". /
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