Reunido el Comité Central del PSUC, mientras los prosoviéticos preparan su congreso
El Comité Central del PSUC inició ayer en Barcelona una reunión, la primera que se celebra desde que fueron sancionados 28 miembros del Comité Central del partido pertenecientes a la corriente prosoviética. El órgano de dirección de los comunistas catalanes aborda como tema prioritario la conflictiva situación por la que atraviesa el PSUC desde el descubrimiento, por parte del ejecutivo, de un órgano de dirección paralela organizado en el interior del partido, así como los preparativos para celebrar un congreso posterior al oficial.
La oficina de Prensa del PSUC distribuyó anteayer unas declaraciones de los dos miembros de la comisión de apelaciones -Pere Comas y Narciso Julián- que no han dimitido de sus cargos. Como explicó este diario, los tres restantes -Manuel Moreno, Nolasc Acarín e Isabel Vicente- presentaron su dimisión. La comisión de apelaciones debía ratificar las sanciones a los dirigentes de la corriente prosoviética. En sus declaraciones, Comas y Julián argumentan que el Comité Central debe analizar la situación creada en la comisión de apelaciones y escoger entre darle continuidad con sólo dos miembros o que el Comité Central sustituya a las personas dimitidas.Los sectores del PSUC que siguen a los comunistas sancionados preparan ya la realización de su propio congreso, al margen del convocado por la dirección. Este congreso se celebrará probablemente con posterioridad al oficial,
Los dirigentes sancionados han anunciado, por otra parte, que no piensan renunciar al nombre del partido. Ello plantearía un problema de utilización de siglas -los prosoviéticos añadirían al nombre PSUC la aclaración de "Comunista"-, que la dirección piensa llevar al terreno judicial. A este respecto, el responsable de organización del comité ejecutivo, José María Rodríguez Rovira, confirmó a EL PAIS que han sido registrados todos los nombres y variantes que pudieran representar algún tipo de similitud o confusión con el nombre "PSUC".
La importancia cuantitativa de la escisión en el partido de los comunistas catalanes es de difícil cálculo. Según Leopoldo Espuny, uno de los dirigentes expulsados, el sector que representa podría suponer aproximadamente un 50% del partido. Si bien esta afirmación es dificilmente comprobable, es, en cambio, significativa la importancia cualitativa que para el PSUC puede representar una escisión de estas características. La extracción obrera mayoritaria de los potenciales militantes escindidos, que se demuestra por 700 firmas recogidas entre sindicalistas de apoyo a las tesis de los sancionados, y el hecho de que la fracción arrastre a organizaciones enteras del partido, hace que la situación en el PSUC sea extremadamente grave.
Dentro de la tendencia leninista, a la que pertenece la mayoría del actual ejecutivo, existe un recelo en torno al resultado de la crisis. Una vez hayan quedado marginados los prosoviéticos, la correlación de fuerzas en el interior del partido se desplazará hacia la derecha, proporcionalmente a la importancia numérica del sector que arrastren los prosoviéticos.
Según ha podido saber este diario, la candidatura de Antonio Gutiérrez sería bien vista por Santiago Carrillo, quien, en una visita realizada recientemente a Barcelona, manifestó sus simpatías por él. Los leninistas defenderán el mantenimiento de Frutos en el cargo, seguramente con éxito, debido a la actitud beligerante que Gutiérrez ha mantenido en el último período. Un dirigente de CC OO integrado en la corriente leninista, manifestó -refiriéndose a Gutiérrez, médico de profesión-: "El PSUC está muy enfermo, pero no necesita médico".
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