El PS portugués amenaza a Pinto Balsemao con una moción de censura

Los socialistas portugueses consideran que el Gobierno de Francisco Pinto Balsemao "no sirve los intereses nacionales" y que su continuación significa un peligro grave para las instituciones democráticas.Rodeada de grandes expectativas, querida y suscitada por la dirección del Partido Socialista -(PS), la conferencia de Prensa ofrecida ayer por Mario Soares para anunciar una "ofensiva reforzada contra el Gobierno Balsemáo" puede haber decepcionado a aquellos que esperaban decisiones espectaculares y de alcance inmediato.

De hecho, el PS no pidió formalmente del presidente de la República, que es en este momento el único capacitado para adoptar tal decisión, la destitución de Pinto Balsemáo en sus funciones de primer ministro. El Partido Socialista anunció una interpelación al Gobierno y una eventual moción de censura, pero sin fecha fija, y se negó a apoyar la huelga nacional convocada por la CGT (de orientación comunista) para el día 12 de febrero para exigir la caída del Gobierno.

Subrayó que, como partido "responsable", no puede contentarse con exigir la destitución del Ejecutivo, sino que se trata de resolver, previamente, la cuestión de qué hacer después. Para los socialistas, la cuestión primordial es defender la estabilidad del régimen, y por ello condena la política de "ruptura radicalizada", el aventurerismo de "un partido comunista estalinista y de una extrema derecha no democrática, ambos interesados en "golpismos".

El secretario general del PS ha sido, sin embargo, de una claridad poco usual a la hora de condenar la acción gubernamental del Ejecutivo, sus efectos "insoportables" sobre el nivel de vida de la "inmensa mayoría de la población" y los peligros que representan para el futuro inmediato (en 1982) de la democracia.

Esta es la razón por la que el PS quiere que quede bien claro quienes son los que permiten que el Gobierno se mantenga en funciones. Estos son los partidos de la mayoría (y en especial aquellos diputados de Alianza Democrática que no esconden en privado su desacuerdo con el Gobierno, sin atreverse a mostrarlo públicamente) y el presidente de la República, general Ramalho Eanes, que no ha retirado su confianza política al primer ministro.

Frente a la incompetencia de unos (el Gobierno), y la pasividad de otros, el Partido Socialista se ofrece como "única alternativa" a la actual situación, aunque precise que será necesario para ello nuevas elecciones legislativas. El PS se presenta como "aglutinador de la izquierda democrática y de los demócratas en general", para evitar una nueva "bipolarización", que haría volver a Portugal a la situación de 1975.