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El delegado del Gobierno en Euskadi, dispuesto a seguir en el cargo

El nuevo presidente de la UCD vasca, Marcelino Oreja -aunque ha puesto su cargo de delegado del Gobierno a disposición del presidente Leopoldo Calvo Sotelo-, piensa continuar en supuesto de representante del Estado para la comunidad autónoma durante algunos meses. De hecho, no existe incompatibilidad alguna para la asunción de los dos cargos; sin embargo, Oreja,consecuentemente con su idea de que la persona que represente al Gobierno central en el País Vasco debe permanecer alejada del partido, podría abandonar la delegación a medio plazo. Este cambio, y la consecuente búsqueda de un sustituto, provocará una perpetuación de las tensiones internas vividas en las siglas centristas vascas en los últimos días, que no se han apaciguado con el cambio de la titularidad de la presidencia.La tirantez entre los compromisarios centristas alcanzó su punto álgido cuando algunos de los dirigentes de Vizcaya todavía estaban negociando su voto en los pasillos de la sala donde se celebró el congreso extraordinario regional. De hecho, la mencionada provincia presentó dos listas a la elección del comité ejecutivo. La formación de estas dos listas, avaladas por veinte y veintiún compromisarios, respectivamente, no venía condicionada por el voto a Marcelino Oreja o a José María Viana, sino que era el reflejo de las rencillas internas.

Nada más conocerse el resultado de la votación, Viana declaró a EL PAIS que no le importaba perder, sino que lo que más le dolía era el incumplimiento de promesas de algunos compañeros de partido. Según el mismo confesó, tenía asegurados 59 votos, además de cinco papeletas en blanco o nulas, que en el último momento se trasvasaron de uno a otro candidato.

Llamadas de Suárez

Entre las figuras indecisas o que jugaron a dos bazas hasta momentos antes de proceder a la elección cabe resaltar la del dirigente viazcaíno Adolfo Careaga, quien ganó las elecciones de UCD de Vizcaya. El comportamiento de Careaga se había enmarcado en la tendencia suarista hasta que Marcelino Oreja anunció que iba a participar activamente en el partido.Por su parte, los partidarios de Marcelino Oreja no ocultaban su malestar ante las continuas llamadas telefónicas que, según ellos, se producían por parte del ex presidente de UCD, Adolfo Suárez, a algunos dirigentes centristas vascos que habían decidido apostar por Jesús María Viana.

Sin resentimientos ni aparente sensación de derrota o victoria, el recién elegido, Marcelino Oreja, y el presidente saliente, Jesús María Viana, hablaron ante los compromisarios, aún con los ánimos calientes nada más conocer los resultados, de una política de colaboración en el seno del partido. Jesús María Viana, que recordó que se había «dejado el pellejo en esta UCD del País Vasco», se dirigió a Marcelino Oreja para decirle que iba a estar a su disposición. «Que haga de este partido algo muy grande, y para eso yo estaré siempre a sus órdenes».

Pero, al margen de las alocuciones oficiales, se dejaba entrever que las tensiones seguirían su caminoen el seno de un comité ejecutivo con once partidarios (te Marcelino Oreja y siete seguidores de Viana, y con un consejo político compuesto por dieciséis orejistas,y catorce vianistas.

Jesús María Viana que continúa asumiendo la presidencia de UCD de Alava y la representación del grupo parlamentario -en donde predomina su influencia-, señalaría a los miedios informativos su intención de lograr el funcionamiento «más autónomo posible» del grupo parlamentario en relación a la presidencia del partido.

Sustitución del delegado gubernamental

En una segunda faceta, el vacío que dejará Marcelino Oreja en la plaza de delegado del Gobierno para el País Vasco, que se concretará -según- reconoció a este periódico- «cuando se perfile el horizonte electoral», provocará con toda seguridad nuevas tensiones internas en las filas de UCD a nivel de la comunidad autónoma vasca e incluso estatal.De momento, los dos únicos nombres que se han barajado -el actual subsecretario de Interior, Juan José Izarra del Corral, personaje de confianza del ministro Juan José Rosón, y del gobernador civil de Alava, Fernando Jiménez, hombre fiel a Marcelino Oreja están avalados por sectores tan diferentes del partido centrista que posiblemente surja, en las próximas semanas, una candidatura intermedia, un personaje de consenso, que sea visto con buenos ojos no sólo por las corrientes centristas, sino por el partido mayoritario del Gobierno, el Partido Nacionalista Vasco.

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