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Doble programa de cine con Grace Kelly y Ava Gardner

Se emite esta tarde, a las 15.45 horas, por la primera cadena, la película Fuego verde, que en 1954 dirigió el prácticamente desconocido Andrew Marton, en sustitución del anunciado largometraje El maravilloso mundo de los hermanos Grimm. Se trata de un filme de aventuras que quiso prolongar, sin conseguirlo, el éxito de Las minas del rey Salomón, que el propio Marton había dirigido, en colaboración con Compton Bennett, cuatro años antes. Aunque repitiera a su actor principal, Stewart Granger, Fuego verde no tuvo la misma fortuna que el modelo al que se remitía.Las vicisitudes para encontrar la piedra preciosa que da título a la película no sorprendieron a los espectadores; probablemente porque la imaginación de Marton no estaba ya a la altura del guión anterior o quizá porque otras películas similares, tan imitadoras como la de hoy, habían abastecido suficientemente el mercado.

Sin embargo, Fuego verde puede ofrecer hoy un interés distinto al que tuvo cuando se estrenó. En primer lugar, porque este género de aventuras es menos cotidiano (salvando las toscas y caras reproducciones que hacen ahora algunos jóvenes directores norteamericanos que no cuentan con la misma habilidad que sus antecesores); en segundo lugar, porque la intervención de Grace Kelly, casada tres años más tarde con Raniero de Mónaco, convierte la película en una rara joya kitsch. Se dijo además que fue precisamente Fuego verde uno de los títulos que más disgustos produjo al principesco pretendiente de la estrella, ya que ésta era besada repetidas veces por Stewart Granger de manera que él consideraba excesivamente pasional.

El disgusto de Raniero se limitó, naturalmente, a una opinión personal. El de los censores españoles, sin embargo, fue más tajante cuando se refirió a La cabaña, la película que también se emitirá hoy, a las 21.35 horas, por la primera cadena. Repite en el reparto el actor Stewart Granger, para acompañar en esta ocasión a Ava Gardner, quien vive apasionados amores con él y con David Niven al mismo tiempo.

Fue precisamente esa dualidad amorosa la que escandalizó a los timoratos españoles del momento, que no entendieron ni aceptaron el tono de comedia de esta débil y boba película inglesa, dirigida por Mark Robson en 1957 e inspirada en el bodevil de André Roussin. Hubo que aguardar a la fórmula del arte y ensayo de los últimos años sesenta para que La cabaña pudiera ser estrenada en España, en versión original subtitulada. Pero el paso del tiempo y la implacable justicia de los espectadores la redujo a un fracaso rápidamente olvidado.

Cabe preguntarse si las películas de hoy son un buen regalo de Reyes de nuestra cinematográfica y americanizada televisión. Naturalmente, se comprenden los problemas que habitualmente hay para conseguir en todo momento películas de auténtico interés. La programación de estos días navideños tiene un raro perfil, donde han cabido títulos de cierta importancia junto a una mayoría de películas auténticamente discutibles. Sin embargo, los títulos de hoy sólo pueden complacer seriamente a quienes se dejen llevar por la nostalgia de su infancia o por la fascinación de la belleza de Ava Gardner. Un criterio más estricto rechazaría ambos títulos. Sobre todo porque precisamente hoy los aficionados al cine (y en potencia cualquier televidente asiduo lo es) hubieran preferido gozar de títulos más contundentes, de películas más entretenidas o, en definitiva, de una selección que atendiera al mismo tiempo el placer y la información.

Otras películas anunciadas para estos días y, sin duda, la programación cotidiana de los próximos meses harán olvidar la debilidad de este precipitado programa doble.

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