Dos de los presuntos "etarras" confinados en Yeu pueden ser puestos en libertad próximamente
El confinamiento de cinco presuntos miembros de ETA en la isla de Yeu será probablemente levantado por las autoridades francesas, según indicaron a EL PAIS fuentes gubernamentales del país vecino. Estos refugiados abandonaron el pasado jueves la huelga de hambre que habían iniciado catorce días antes para reivindicar la concesión del estatuto de refugiados políticos. Según las fuentes indicadas, estos confinamientos serán suprimidos de forma progresiva y afectarán en plazo breve a dos de los vascos confinados. Francisco Xabier Arin y Angel Gurmindo serían quienes se beneficiarían en primer lugar del levantamiento del confinamiento, ya que el Gobierno español no ha cursado ninguna demanda de extradición sobre ellos, mientras que ha solicitado, en cambio, a las autoridades francesas la entrega de sus tres compañeros.
Los cinco vascos confinados en la isla de Yeu (en la costa atlántica del oeste francés), el pasado día 31 abandonaron la huelga de hambre que habían iniciado catorce días antes con el fin de conseguir que las autoridades francesas les concediesen el estatuto de refugiados políticos. Los cinco se encuentran hospitalizados en La Rochesur-Yon, perteneciente al departamento de Vendée, en el oeste francés.Desde el pasado mes de septiembre, escalonadamente, en Yeu habían sido confinados los presuntos miembros de ETA Tomás Linaza, Miguel Angel Aldana, José Miguel Arrugaeta, Francisco Xabier Arín y Angel Gurmindo. Los tres primeros son objeto de una demanda de extradición por parte de las autoridades españolas. En los dos primeros casos, los tribunales franceses han emitido una opinión favorable, que el Gobierno, según la ley de este país, puede no seguir.
La actitud de París en materia de extradiciones obedece a dos criterios: el mitterrandismo anunció desde el primer día que no concedería extradiciones, y así se lo hizo saber a los responsables de Madrid. En segundo lugar, el Gobierno de Pierre Mauroy, deseoso de mejorar las relaciones españolas, ha retenido confinados a los vascos con el fin de encontrar un modo de vivir con Madrid. De aquí dimana la situación de los cinco vascos que han permanecido en Yeu.
Estatuto complicado y protestas varias
Este estatuto provisional, tres meses después del confinamiento, se revela complicado. La policía, que los vigila día y noche, protesta repetidamente «porque éste no es nuestro trabajo». Los vecinos de Yeu no se manifiestan encantados porque, de prolongarse la estancia de los vascos, sufriría la imagen turística de su isla; y los vascos, por su parte, iniciaron una huelga de hambre para forzar una solución oficial de su caso.La interrupción de esa huelga parece ser que responde a la conclusión de negociaciones de los abogados de los vascos con el Ministerio del Interior y con los servicios del primer ministro. De momento, los cinco han sido interna dos en el hospital para establecer cuál es su estado de salud tras los efectos de la huelga.
Dentro de pocos días, o de pocas horas, los dos supuestos etarras de los que España no ha pedido la extradición quedarían en libertad «Los demás serán confinados de nuevo », nos declaró un portavoz de Matignon (sede del primer ministro), anotando acto seguido que eso se haría «por algún tiempo».
Dos casos distintos
Entre los vascos pendientes de la demanda de extradición española existen dos categorías: la demanda de extradición de los unos ha sido considerada «favorable por los tribunales, y no la de los otros ». En el segundo caso podrían concederse estatutos de refugiado político, temporalmente al menos, porque, de lo contrario, el Gobierno toparía con lo estipulado por las normas de los derechos del hombre. El segundo caso es más complicado, pero no puede prolorgarse indefinidamente.Las autoridades francesas estiman haber abordado este asunto «como nunca lo hizo Giscard, que no concedió ninguna extradición ni tuvo consideraciones con los intereses del Gobierno español, como lo hemos hecho nosotros. Existe un equívoco que es menester suprimir, y hay que comprender, en el contexto de nuestra política nacional e internacional, el alcance de ese principio de la no extradición».
Estos medios oficiales no excluyen que en España se interprete «de una cierta manera» la futura liberación de los vascos, «pero estimamos que la Prensa y los españoles deben hacer un esfuerzo de comprensión en beneficio de la mejora espectacular que nosotros deseamos de las relaciones francoespañolas».
La polémica de las extradiciones no ha impedido otras vías de entendimiento y colaboración entre el Gobierno español y el francés en la lucha antiterrorista contra ETA. El Intercambio de información ha sido más valioso ahora, con el Gobierno socialista, que en los tiempos de Giscard, según admiten fuentes gubernamentales españolas.
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