Películas de aventuras para Errol Flynn y Burt Lancaster

Un destacamento de paracaidistas se pierde en la selva de Birmania. Sus peripecias para escapar de las trampas del enemigo son utilizadas por Raoul Walsh (aunque no siempre es fácil reconocer la autoría en una película norteamericana donde la influencia del guionista, la personalidad del actor principal o la política concreta del estudio productor son en ocasiones más determinantes que la estética personal de quien la dirige) en Objetivo Birmania para conducir la película por el doble camino del espectáculo y de la sutil influencia política. Es ingenuo pensar que en 1945 una película de guerra podía limitarse a la simple aventura; la segunda guerra mundial y la de Corea obligaban a deslizar en el cine los conceptos patrióticos propios del momento.Se considera, no obstante, Objelivo Birniania como uno de los trabajos más eficaces de su director, en el que prevaleció su bien demostrado sentido del espectáculo cinematográfico. Errol Flynn, su protagonista, se encontraba entonces en el mejor momento de su carrera, y ello supuso lógicamente una buena ayuda para conectar con el público. Objetivo Birmania fue un importante éxito comercial. Y esta tarde, a las 19.15 horas, tendremos ocasión de revisarla en la segunda cadena.

Horas antes (a las 16.05 horas, por la primera cadena) se emitirá otro filme de aventuras. En este caso es Burt Lancaster la estrella principal, y es a. su serviclo, o de acuerdo a sus posibilidades atléticas, como se configuró la película. El temible burlón era, en cierto modo, una continuación de El halcón y la flecha, al men.os en lo que a su sentido fantástico y circense se refiere.

Robert Siodririack, el director, no tuvo, sin em.bargo, la misma habilidad que su predecesor. Se encontraban erL 1952 en un momento profesionalm ente bajo, aunque precisarnente fuera El temible burlón una de sus mejores películas de esta. etapa. Siodmack había sido sólo tinos años antes el artífice de clásicos de cine negro tan sugestivos como La escalera de caracol o El abrazo de la muerte, pero el paro le sorprendió, debilitándole, hasta que llegó a trasladarse a Europa, donde iiunca volvió a ser un director tan admirado. El temible burlón puede ser considerado, a pesar de todo, zomo uno de sus mejores títulos; sólo que al estar realizado a la sombra de otra película no fue valorado suficientemente.

La programación decae ligeramente con La última vez que vi París, que se emite esta noche, a las 22.00 horas, por la primera cadena. Fue un error de Richard Broks adaptar la novela de Scott Fitzgerald a la época siguiente a la segunda guerra mundial cuando el original se fecliaba en los años veinte. Desnaturalizó por ello el espíritu último de la novela, aunque, también es cierto, otros intentos de trasladtr a imágenes los textos de Fitzgerald no han corrido mucha mejor suerte; puede incluso afirmarse, como algunos hacen, que Broks, a pesar de las limitaciones de La últitna vez que vi París, ha sido quien mejor ha entendido el sutil acento del escritor.

La programación de mañana, domingo, incluye el pase de la película Ellos. y ellas, realizada en 1955 por Joseph L. Mankiewicz.