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EDUCACION

"El laicismo es el derecho al pensamiento libre", según el profesor Arnould Clausse

El presidente de la Liga Internacional de la Enseñanza, la Educación y la Cultura Popular, el belga Arnould Clausse, que inauguró ayer las sesiones de trabajo del Coloquio Internacional sobre Laicismo y Enseñanza, definió al laicismo como «el derecho al pensamiento, a su expresión libre, a la crítica, a la herejía y a la elección personal»

El coloquio, que ha sido organizado por la Liga Madrileña de la Enseñanza (LME), tiene lugar en la ciudad escolar de la Diputación Provincial de Madrid, y a él asisten delegados de las ligas nacionales de Francia, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Italia, Austria, Suecia y Senegal.Amould Clausse, tras rechazar la concepción de la laicidad como una «filosofía abstracta, un diletantismo intelectual y moral o una simple reivindicación institucional o social», propuso la consideración del laicismo como una «toma de posición, una acción y una lucha para que se realicen, en el plano económico, técnico, científico, social, intelectual y moral, las condiciones generadoras de libertad».

El presidente de la Liga Internacional de la Enseñanza concluyó su discurso con una invitación a concebir el laicismo desde una perspectiva dinámica, porque «el laicismo», dijo, «no es ni será nunca una realidad, sino un devenir y una realidad progresiva.

El profesor M. Roosen, representante de la liga belga, presentó la primera ponencia del coloquio. Su exposición sobre Laicismo y enseñanza fue una bienhumorada crítica tanto de la enseñanza dogmática como de la enseñanza pretendidamente neutra. Frente a ambas concepciones, Roosen propone la escuela pluralista, que, en su opinión, es la escuela comprometida con la democracia y que pone a la persona humana en el centro de su preocupación.

Finalmente, Luis Gómez Llorente, en representación de la liga madrileña, disertó sobre Laicismo y educación en España, un análisis histórico de la difícil lucha del laicismo en nuestro país. Laicismo que, en su opinión, es la condición de la soberanía del poder civil, de tal modo que «la lucha secular por el laicismo, aún inacabada, constituye uno de los ingredientes esenciales de la lucha por la democracia, más hondamente entendida como lucha por la liberación de la conciencia íntima de cada ciudadano».

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