Acto de exaltación democrática en Madrid

«Por encima de la voluntad nacional, nada hay. Por encima de la norma que la voluntad da para sí misma, nada hay. Que nadie intente imponerse o sobreponerse a la soberanía de la nación, porque la nación, en el ejercicio de su soberanía, sabrá mantenerse firme». Con estas palabras, el alcalde de Madrid, Enrique Tierno, concluyó su discurso en el acto de jura de las banderas española y de Madrid y de acatamiento a la Constitución por parte de la Policía Municipal, con el que el municipio madrileño conmemoró oficialmente la festividad de la Constitución.Las palabras del alcalde, que como presidente de la Corporación renovó su juramento a la bandera, fueron acogidas por vítores y aplausos de los varios miles de personas que asistían al acto, en el paseo de Coches del Retiro, al que precedió un pleno extraordinario de la Corporación, por el mismo motivo, al que asistieron los secretarios generales de los cuatro partidos parlamentarios.

El discurso del alcalde, en el que recordó que en momentos críticos como el actual, antes que los derechos que propicia la Constitución, se deben anteponer los deberes a los que obliga, fue repetidamente interrumpido por el público que se agolpaba, haciendo flamear las banderas que portaban, a ambos lados del paseo de Coches. Junto al alcalde, en el estrado desde el que presenció el posterior desfile de las unidades y agrupaciones de la Policía Municipal, que renovó su juramento a la bandera y el acatamiento de la Constitución, se situaban el ministro de Agricultura y Pesca y derrotado candidato a la alcaldía de Madrid, José Luis Alvarez, el gobernador civil, Manano Nicolás, y los secretarios generales de UCD, Iñigo Cavero, y del PSOE, Felipe González. En representación del PCE acudió a los actos Nicolás Sartorius, y por Alianza Popular lo hizo Enrique Villoria.

Asistieron asimismo, entre numerosas re presentaciones de instituciones democráticas, los dirigentes de las centrales sindicales, diputados del Congreso por Madrid y la Corporación en pleno.

Bajo el son del "Himno de la alegría"

El acto comenzó poco después del mediodía, tras revistar a las fuerzas de la Policía Municipal el

alcalde de Madrid, junto con el ministro de Agricultura, que representaba al Gobierno. A continuación, y tras jurar fidelidad y respeto a la Constitución, y una vez que el propio alcalde y el inspector de la Policía besaran la bandera, renovaron su juramento a la enseña nacional los oficiales, suboficiales y guardias, mientras la banda del cuerpo interpretaba marchas marciales. Finalmente, a los sones del Himno de la alegría, las fuerzas desfilaron ante la tribuna presidencial, entre los aplausos de los presentes, entre los que se reprodujeron los vivas a la Constitución y al Rey.

El pleno extraordinario de la Corporación, con el que el municipio conmemoraba de manera oficial la festividad, se había iniciado a las 10.30 horas. El Ayuntamiento en pleno puesto en pie, así como los dirigentes políticos y autoridades que desde los bancos del público asistían como invitados, escucharon el himno nacional interpretado por la Banda Municipal desde la plaza de la Villa.

Abierta la sesión por el alcalde, el secretario de la Corporación dio lectura al decreto por el que se convocaba el pleno extraordinario para conmemorar la Constitución, tras lo que Tierno expuso una moción de homenaje «al hecho más importante de cuantos pueden acaecer en el ámbito de la paz a un pueblo definido como nación, a saber, que la voluntad -popular dicte la norma suprema o Constitución que ha de regular todos los actos de su vida política y jurídica».

Papel de la Corona

El alcalde dio una lección política de derecho constitucional y puso de relieve la necesidad de que nadie crea «que la democracia es un hecho insólito o extraño a los españoles», para concluir señalando el papel moderador de la Corona.

La moción del alcalde fue asumida y apoyada por los portavoces de los tres grupos políticos representados en la Corporación -centrista, socialista y comunista-, tras cuyas intervenciones el alcalde levantó la sesión. Los asistentes, puestos en pie, aplaudieron durante varios minutos antes de abandonar el salón de sesiones.