Los obispos defienden la planificación económica para luchar contra el paro
La primera conferencia episcopal de la era Díaz Merchán se ha desarrollado sin las expectativas políticas que caracterizaban a las de la etapa de Tarancón: la última coincidió con el 23-F, y la penúltima estuvo animada por las combinaciones electorales para dar con el sucesor del cardenal de Madrid. Con Díaz Merchán se ha dado mayor atención a los problemas pastorales de la Iglesia.Dos temas mayores figuraban en la agenda de esta 35 a asamblea plenaria: la actitud de la Iglesia con los católicos que se acojan a la ley civil de Divorcio y una declaración sobre el paro. No habrá «pastoral para divorciados», ya que los asistentes no han logrado un equilibrio satisfactorio entre la dureza de la norma vigente y el respeto a la decisión personal de los católicos que se divorcian civilmente. El tema deberá madurar con el tiempo.
El documento sobre el paro entró con mejor pie, pero sólo fue aprobado a última hora. Díaz Merchán proponía en su discurso programático la necesidad de definir el lugar de la Iglesia en una sociedad como la actual, reflexión originada seguramente por las reacciones críticas a documentos episcopales como el del divorcio. En el asunto del paro, los obispos no querían entrar en consideraciones técnicas, ateniéndose a unas exhortaciones que dirigen a toda la sociedad. Sólo se permiten algunas sugerencias, tales como revisar a fondo el sistema económico, abogar por una planificación global y mejorar la distribución de las rentas, según la encíclica Laborem exercens.
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