_
_
_
_

Frustrado un movimiento contra la eventual nacionalización de las Cajas de Ahorros por el partido socialista

Una ambiciosa operación comercial y publicitaria, dirigida también a movilizar a buena parte de los 2,7 millones de impositores de la Caja de Ahorros de Madrid contra los proyectos nacionalizadores del PSOE, ha sido frustrada en su origen, antes de que se extendiera a otras Cajas. La causa, según medios de la entidad madrileña, radica en los temores del Banco de España a que se politicen más dichas instituciones de crédito.Esta es la explicación de un hecho que ha causado extrañeza a miles de impositores de la Caja, quienes en los últimos días preguntan en las sucursales por los regalos y descuentos anunciados en una intensa campaña de publicidad, y reciben por toda respuesta que "eso no es de la Caja". Los anuncios, que están siendo retirados discretamente de vallas exteriores, los firmaba "Caja Club, Asociación de Impositores de la Caja de Ahorros de Madrid".

La idea de la Asociación-Club, según uno de sus promotores, parte de que "los verdaderos accionistas de las Cajas son sus impositores", lo que está en contra de cualquier proyecto nacionalizador. Como entre los ahorradores hay de todos los partidos (el depósito medio en la Caja de Madrid es de 100.000 pesetas), la consecuencia es que las Cajas deben mantenerse al margen de la política, y los impositores unirse para defender sus intereses.

El Club fue creado en octubre de 1979, inscrito como Asociación en el Ministerio de Interior el 17 de febrero último, y albergado en un local de la Caja. Entre sus 21 directivos figuraban siete consejeros de la Caja, así como militantes de Alianza Popular (AP) y UCI), entre ellos los gobernadores civiles de Sevilla y Las Palmas.

La presencia de estos políticos no parece casual. Como tampoco que Eduardo Merigó, liberal de UCD, declarara el pasado miércoles en Logroño: "El futuro de las Cajas pasa por las sociedades de impositores".

El Banco de España, en contra

Pero el Banco de España no estaba a favor. Sus servicios jurídicos dictaminaron el 14 de mayo pasado que "la actuación y denominación de la citada Asociación es ( ... ) contraria a la legislación especial reguladora de las Cajas de Ahorros y Monte de Piedad". Muy en síntesis, la respuesta se fundamenta en la improcedencia de un nombre privativo de las "Cajas de Ahorros", y en que la Asociación pretende asumir funciones de defensa de los intereses de los impositores "que el Real Decreto 2290/1977, en su artículo 2, atribuye a la Asamblea General de las Cajas. Asimismo, añadía que no puede admitirse la presencia de consejeros de la Caja en la directiva de la Asociación, "aunque se pretendiera un fin exclusivo de obra benéfico-social, lo que no resulta patente".El Consejo de la Caja, sin embargo, considera que el dictamen "no es más que una opinión jurídica". De hecho, siguieron en la Asociación los siete consejeros citados: el propio presidente de la Caja, Felipe Ruiz de Velasco; Enrique Falcó, marqués de Melín, hijo del conde de Elda; Jesús López Rocondo; Víctor García; Manuel Solís Delgado; Manuel Tejedor, y Jesús Cillán.

Poco después de que PSOE incluyera en su programa la conversión de las Cajas en sociedades anónimas, con capital mayoritariamente público, la Asociación despliega la campaña publicitaria. Por 200 pesetas de cuota, ofrecía a cada impositor el libro "Dallas", de valor muy superior, además de importantes rebajas en "miles de artículos".

Invitaba a los impositores a asociarse en "todas las oficinas de la Caja de Ahorros", para después recoger el libro y las acreditaciones de descuento en los puntos de venta de Celso García, Mantequerías Leonesas, siete supermercados, Viajes Meliá, Simago, Real Automóvil Club, Hiper Majadahonda, Almacenes Progreso, etcétera. Inmobiliaria Santillana haría descuentos "de hasta 1.600.000 pesetas". Para el futuro, anunciaba coches, viviendas, electrodomésticos... "con bonificaciones de hasta el 40%".

Según medios bancarios, resentidos de la competencia de las Cajas, la campaña era muy ambiciosa y podía haber reportado mayor clientela a la Caja de Madrid, cuyo color verde y el logotipo de "Caja Club" se confunden con los de la entidad. Por otra parte, podían aumentar las ventas de las empresas asociadas.

Pero, poco después de empezar la campaña, los empleados de las casi 450 oficinas de la Caja recibieron a finales de la semana pasada la orden de no realizar ningún trabajo administrativo ni informativo para la Asociación. "Unicamente atenderán a cualquier cliente de la Caja que pretenda domiciliar órdenes de cargo en su cuenta", decía el escrito.

Días pasados, mientras se empezaban a cumplir estas instrucciones, los siete consejeros presentaban la dimisión en la Asociación. Uno de ellos ha indicado a EL PAIS que ese era el deseo del Banco de España, pues la autoridad monetaria opina, "no sabemos si con razón o sin ella", dijo, que se politizarían más las Cajas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_