_
_
_
_
La crisis en Unión de Centro Democrático

Calvo Sotelo cuenta ya con la mayoría del Comité Ejecutivo de UCD

El presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, cuenta ya con los votos necesarios para que las propuestas que lleve a la reunión del Comité Ejecutivo de Unión de Centro Democrático (UCD), convocado para el próximo viernes, salgan adelante. Aver, los leopoldistas sumaban un total de veinticinco nombres, frente a los once de Adolfo Suárez y otros cuatro dudosos. Fuentes próximas al ex presidente del Gobierno aventuraban, por el contrario, tina batalla más reflida de lo que se hace ver desde la Moncloa.

La primera de estas cifras, que en una primera valoración no sobrepasó los diecisiete votos, se incrementó durante el día de ayer, al verse obligados a definirse un buen número de miembros de la ejecutiva centrista a través de la recogidaCde firmas de apoyo a la petición del presidente del Gobierno para convocar la reunión del Comité Ejecutivo centrista. Las presiones y los consejos sobre ese contingente de dudosos comenzaron en la misma noche del pasado lunes, escasos minutos después de que la Secretaría de Estado para la Información lanzara la noticia de la petición de Calvo Sotelo al presidente del partido, Agustín Rodríguez Sahagún, de convocatoria del ejecutivo para esta misma semana. Según manifestaron a EL PAIS dos de los aconsejados, ministros del Gobierno han participado en esta operación destinada a inclinar posicíones.

Salvo cambios de últirna hora, los miembros del ejecutivo que votarán la propuesta de Calvo Sotelo son los siguientes, sin contar al propio presidente del Gobierno: Pío Cabanillas, José Pedro Pérez Llorca, Jaime García Añoveros, Rodolfo Martín Villa, Juan José Rosón, Iñigo Cavero, Arcadio Domínguez, Juan Manuel Reol Tejada. Vicente Alvarez Pedreira, Soledad Becerril, Gabriel Cisneros, Joaquín Satrústellui, Emilio Attard, José Miguel Núñez, Lorenzo Olarte, Juan Martínez Meseguer, Miguel Herrero, Blas Camacho, Antonio Jiménez Blanco, Jesús Sancho Rof, Jaime Mayor Oreja, Landelino Lavilla, Juan Antonio García Diez -Y Jaime Lamo de Espinosa.

De este grupo cabe destacar el apoyo forzado de algún miembro del Gobierno, enfrentado a la disyuntiva de votar en contra de quien le nombró (Adolfo Suárez), sin poder hacerlo tampoco contra quien le ha mantenido en el Gabinete ministerial (Leopoldo Calvo Sotelo).

Pasa a página 11

Las presiones y la ausencia, del grupo de Fernandez Ordóñez inclinan la balanza a favor de Calvo Sotelo

Viene de primera página

En medios centristas se registraba ayer cierto malestar por la propia dinámica de los hechos que han establecido la dicotomía de «o estás conmigo o estás contra mí». Quienes acostumbraban a mantener posiciones intermedias, por muy sinceras que éstas sean, se han visto en un trance extremadamente difícil. Uno de ellos declaraba ayer a este periódico que «este tipo de planteamientos no contribuyen en absoluto a lograr la conciliación en UCD, si es que de verdad es eso lo que se pretende», extremo este último que la gran mayoría de los dirigentes centristas consultados ayer por EL PAIS ponían seriamente en duda.

Los incondicionales de Adolfo Suárez, aparte de él mismo, eran diez al menos ayer: Rafael Arias-Salgado, Fernando Abril, Amistín Rodríguez Saliagún, RafeI Calvo Ortega, Jesús María Viana. Antón Cañellas, Manuel de Sárraga, Jerónimo Albertí, Justo de las Cuevas Ni, MUY probablemente, Luis Gámir. Los todavía dudosos se reducen, por eliminación, a Ios cuatro que quedan hasta completar el total de cuarenta miembros del ejecutivo: Javier Rupérez, Félix Manuel Pérez Miyares, Francisco Villodres y Cecilio Valverde.

Han inclinado la balanza en favor de Calvo Sotelo, además de los aconsejados, los socialdemócratas ausentes (Fernández Ordóñez, Carmela García Moreno y Luis González Seara) y el decidido apoyo a los planes del presidente del Gobierno de Rodolfo Martín Villa. Este periódico ha podido confirmar la celebración reciente de un encuentro de ocho martinvillistas en la que el cabeza de fila de esta familia centrista llamó al orden a algunos despistados últimamente proclives a Adolfo Suárez, con el objeto de aglutinar esfuerzos en favor de Calvo Sotelo.

A la vista de estas cifras es prácticamente seguro que el próximo viernes. cuando el presidente Calvo Sotelo anuncie su retirada de confianza a Rodríguez Saliaizúri y su deseo de convocar lo antes posible una reunión del Consejo Político (máximo órgano entre congresos), consiga una mayoría holgada de votos.

Dos hipótesis de futuro

A partir de ese momento comienza la segunda parte de esta decisiva operación de Calvo Sotelo por neutralizar a Adolfo Suárez. Son dos las hipótesis que ayer se barajaban en medios centristas: que el presidente del Gobierno, tras haber conseguido la dimisión de Rodríguez Sahagún. proponga, desde una más firme posición de poder, como doble presidente del Gobierno y del partido, una candidatura de integración para ocupar los otros dos puestos claves de poder en UCD: el secretario general del partido y el portavoz del grupo parlamentario, con nombres como Jaime Lamo o Iñigo Cavero, no rechazados del todo por los suaristas. Si esto fuera así, y Adolfo Suárez lo aceptara, se intentaría pactar un programa de gobierno común a todas las ideologías que integran UCD. En este primer supuesto, la ofensiva de Calvo Sotelo habría cumplido el objetivo de hacerse con tina buena parte del control del partido y mantener éste unido.

Sin embargo. cabe otra posibilidad contemplada ayer por la mayoría de los dirigentes centristas como la más probable: la de derrotar a los suaristas también en el Consejo Político, hecho no descartable en cuanto los barones emitan sus respectivas consignas de apoyo al presidente del Gobierno a los 238 miembros de este órgano centrista.

En el Consejo Político, la mayoría está compuesta por los presidentes y secretarios proviriciales, casi todos favorables a Adolfo Suárez. Sin embargo, en el momento en que entren en liza las fidelidades al presidente del Gobierno y a los otros dos hombres influyentes en el aparato, Rodolfo Martín Villa y, en menor medida, Pío Cabanillas, además del incuestionable apoyo de los democristianos y los liberales, parece probable que Calvo Sotelo no gane en la primera votación que prevén los estatutos (mayoría absoluta), para sustituir a Rodríguez Sahagún, pero aseguraría su victoria en la segunda ronda (mayoría simple). De nuevo, la ausencia de los socialdemócratas de Ordoñez va a ser decisiva para Adolfo Suárez.

En caso de confirmarse esta segunda hipótesis, quedará abierta, a partir de ese momento, la batalla por las siglas centristas, por el logotipo verde y naranja que tanto unos como otros interitarán utilizar en las próximas elecciones. La propiedad de la marca UCD sin embargo, un tremendo handicap: la deuda de 5.000 millones de pesetas que tras de sí deja el logotipo vencedor de, las dos elecciones ceIebradas en España.

Luis Gámir sigue de momento en UCD

En contra de unas iriformaciones difundidas aver sobre la supuesta marcha de! socialdemócrata Luis Gárnir de UM y sil pase de inmediato al Partido de Acción Democrática (PAD), que lidera Fernández O'rdóñez, el interesado declaró ayer a EL PAIS que, mientras no se clarl fique la situación interna del partido centrista, su propósito es continuar en las filas de UCD. «Yo todavía tengo la esperanza, aunque con cierta dosis de escepticismo, si he de ser sincero», señaló Gámir, «de que sea posible conciliar posturas en UCD, es decir, que se llegue a un reparto de poder de manera conciliadora y que se pacte un programa de centro, reformista y progresista, capaz de ilusionar a los propios militantes de UCD y a toda la sociedad española». «Para lo-rarlo», prosilulo, «voy a poner cuanto esté de mi parte, aunque si ésto no sucede así, no creo que tarde mucho en apuntarme al PAD».

En medio de la intensa agitación interna de UCD, cuya tensión ha alcanzado irados muy elevados, hay quien ha llegado a pedir la dimisión de Rodríguez Sahagún a través de tinos poéticos versos de Salvador Espriú. Tal es el caso del alcalde de la capital de la isla de Fuerteventura. Matías González, quien ha remitido un telegrama al ha presidente- centrista con el siguiente texto: «A veces es necesario y forzoso que un hombre muera por un pueblo, pero nunca ha de morir todo un pueblo por un hombre sólo. Para tranquilizar al destinatario, el alcalde canario se ha apresurado, a añadir «Esto vale pero cambiando el verbo morir por ceder».

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_