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Un niño subnormal de catorce años, presunto autor de la muerte de un compañero de cinco en un colegio de Parla

Un niño subnormal de catorce años de edad, cuyo nombre corresponde a las iniciales M.S.G., parece ser el autor de la muerte de otro niño, también subnormal, de cinco años de edad, Carlos Manuel Agudo Rodríguez, ocurrida el pasado 10 de octubre, después de que la víctima permaneciera en coma durante tres días. Al parecer, según información de la Jefatura Superior de Policía, M.S.G. golpeó con fuerza a Manuel Agudo en la cabeza el 7 de octubre en un momento en que ambos se encontraban sólos en los lavabos del colegio nacional para niños deficientes María Montessori, en la localidad de Parla.

Los hechos han sido rodeados de un muro de silencio por parte de la dirección del centro, posiblemente por temor a la publicidad negativa que supone este lamentable suceso para su prestigio como institución. La directora del colegio María Montessori se negó, primero telefónicamente y luego en persona, a facilitar cualquier información relacionada con el caso, ni siquiera el número de alumnos que asisten al mismo. El centro es de propiedad estatal y totalmente gratuito para los padres, aunque un funcionario de la Delegación Provincial de Educación afirmó, ante la ausencia del delegado provincial, que el centro era privado. Se inauguró el curso pasado.Según la versión de los hechos ofrecida ayer por el gabinete de Prensa de la Jefatura Superior de Policía, el pasado 7 de octubre Carlos Manuel Agudo fue encontrado inconsciente en los lavabos del colegio, aproximadamente a las 15,30 horas. Presentaba un fuerte golpe en la cabeza, en el parietal izquierdo. Trasladado a la Ciudad Sanitaria Primero de Octubre, falleció tres días después. La autopsia descubrió indicios que parecían apuntar a la posibilidad de un homicidio, por lo que se abrió una investigación policial que culminó con la retención del alumno del centro M.S.G., el mismo que, en un principio, dijo haber descubierto el cuerpo de la víctima. Los hechos revelados por la autopsia se referían al hallazgo, en la herida, de pequeñas partículas de escayola, difíciles de explicar. El alumno M.S.G., precisamente, tenía un brazo escayolado, ya que se había fracturado la muñeca unos días antes y esa coincidencia puso sobre la pista a la policía.

La explicación del niño presunto autor de los hechos (fuentes de la policía puntualizaron que, dada su condición, no se puede hablar de interrogatorio), relata que se encontró con Carlos Manuel Agudo en los lavabos y, de forma involuntaria, según su relato, le golpeó con el brazo escayolado. Al verle inconsciente en el suelo y después de intentar reanimarle con agua, sin conseguirlo, salió al vestíbulo del colegio y habló unos pocos minutos con el conserje. Luego, se despidió de éste, alegando que tenía sed e iba a beber al lavabo y al momento regresó diciendo que había un niño tirado en el suelo. Una vez concluída la investigación, realizada por los inspectores de la comisaría de Parla, M.S.G. pasó el miércoles, 4 de noviembre, a disposición del Tribunal Tutelar de Menores, en concepto de retenido, y no detenido, ya que su condición de subnormalidad impide tratarle como si fuera un delincuente habitual.

Los padres lo ignoraban todo

Este periódico se puso en contacto con los padres del niño fallecido, Mariano Agudo y María Luisa Rodríguez, quienes mostraron su sorpresa y su indignación por no haber recibido en todos estos días noticia alguna de la investigación, hasta el punto que no sabían que el presunto autor de la muerte de su hijo había sido descubierto. Mariano Agudo, madrileño, empleado como vigilante en una empresa del polígono industrial de Valdemoro, manifestó cómo durante más de un mes ha permanecido en la más absoluta ignorancia e incluso se le han suministrado versiones que ahora se han demostrado ser falsas.

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Según sus palabras, el 7 de octubre, a las seis de la tarde, su esposa acudió a la parada del autobús escolar a recogerle, y en ese momento le dijeron que había tenido un accidente y que se encontraba en el Primero de Octubre, después de haber sido auscultado en una clínica, que recomendó, ante la gravedad de sus heridas, el traslado el hospital. Cuando los padres llegaron allí, Carlos Manuel Agudo estaba siendo operado a vida o muerte. Tras la intervención, permaneció aún tres días en coma hasta que falleció, el 10 de octubre.

Al día siguiente del supuesto accidente, Mariano Agudo acudió a hablar con la directora del centro, quien le explicó que su hijo se había marchado de la clase, descendió dos pisos y entró en el lavabo. El señor Agudo insistió en que la directora le explicó que todo había sido un accidente, que Carlos Manuel había subido a una mesa instalada en el servicio para cambiar de ropa a los niños que por su situación de subnormalidad a veces se hacen sus necesidades encima, y que el niño debía haberse caído y golpeado en la cabeza.

El padre no quedó contento con esta explicación, pues su hijo estaba aquejado de una insuficiencia psicomotriz, producida por una mala utilización del fórceps en el momento de su nacimiento, y tenía grandes dificultades para hacer esfuerzos físicos habituales en cualquier otro niño, como el hecho de subirse a una mesa, pero, al no tener noticias de cualquier otra versión, no tuvo más remedio que conformarse, aunque no dejó de mostrar su descontento por el hecho de que el profesor de la clase ejerciera tan escaso grado de cautela sobre sus alumnos como para no darse cuenta de que se marchaban de la sala.

Todavía el lunes 2 de noviembre, el comisario de Parla le manifestó que no tenía noticias sobre la investigación. Dos días antes, el 31 de octubre, había estado en la comisaría de nuevo para prestar declaración, pero de forma voluntaria, ya que en ningún momento la policía le llamó para que lo hiciera. Incluso el abogado de la familia que lleva el caso, según el señor Agudo, ha tenido grandes dificultades para acceder al sumario, que sigue el Juzgado de Instrucción número 10 de los de Madrid.

Para los padres del niño fallecido, en este caso no se trata de personalizar la muerte de su hijo en un culpable concreto, y mucho menos el niño supuestamente autor de la muerte de su hijo: "Ese muchacho, M.S.G., es también subnormal, y no pienso que se le pueda llamar culpable de nada", dice Mariano Agudo. Y añade: "es como si mi hijo hubiera muerto en un accidente. Mala suerte, aunque para nosotros sea dramático. Lo que creo es que la administración del colegio y del Ministerio han permitido que cosas como ésta puedan ocurrir, porque no han puesto los medios para atender a los niños correctamente. A Carlos Manuel ya le tuvieron que dar dos puntos en la frente el año pasado, y muchos otros de sus compañeros han tenido accidentes o les han pegado niños mayores, también irresponsables de sus actos, pero con más fuerza física".

El presidente de la Asociación de Padres de Alumnos del colegio, Pablo Cano, corroboró las críticas de Mariano Agudo al funcionamiento del centro. El señor Cano recordó cómo este curso retrasó su comienzo más de dos semanas porque el Ministerio no envió a tiempo los profesores suficientes, problemas que aún persisten.

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