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El Ayuntamiento estudia la gestión directa de la retirada de vehículos mal aparcados

El servicio de la grúa, concedido a la empresa Cemesa en julio de 1977, puede ser realizado directamente por el Ayuntamiento a partir de mediados del próximo año, una vez que, el 13 de julio, termine el período fijado en el contrato de concesión. La idea de los responsables de la Delegación de Seguridad y Policía Municipal es reducir el número de grúas a la mitad de las que actúan ahora y gestionar directamente un servicio que, a lo largo de su corta historia, fue primero intervenido temporalmente y posteriormente fiscalizado por el Ayuntamiento.

"Nuestra idea es que el Ayuntamiento asuma directamente el servicio, lo que supondría eliminar el déficit actual, que se eleva aproximadamente a los 150 millones de pesetas anuales. No hay necesidad de sacar a la calle sesenta grúas cuando con la mitad se puede cubrir las necesidades", manifestó Rafael Vera, delegado de Seguridad y Policía Municipal.Según este proyecto, el Ayuntamiento tendría que comprar unas veinticinco o treinta grúas y contratar a una plantilla algo superior a las cien personas, con objeto de cubrir los turnos de mañana y tarde. La disminución de flota y, sobre todo, de plantilla, reduciría sensiblemente los costes, ya que ahora actualmente éstos comprenden la nómina de unos cuatrocientos trabajadores y el de los servicios realizados diariamente por sesenta grúas.

En este sentido, el Servicio Contencioso del Ayuntamiento será encargado próximamente de la elaboración de un estudio en el que se ponderarán las distintas posibilidades que podrían ser adoptadas por el equipo de gobierno municipal. "Mientras tanto, y con objeto de ir reduciendo los gastos, los depósitos de vehículos de Aravaca y Azca, por los que se paga alquiler, serán sustituidos, a principios del año que viene, por otros dos, de propiedad municipal, situados en Cuatro Caminos y Alfonso XIII, respectivamente", manifestó Vera.

Mil vehículos diarios

La historia de la concesión del servicio de recogida de vehículos mal estacionados comenzó en el mes de julio de 1976, cuando, ante la situación del tráfico de la capital, se pensó en la grúa como la solución más idónea. Los estudios municipales que se realizaron hablaban de que serían precisas cien grúas con una capacidad de recogida de mil vehículos diarios.Tras haber sido convocados dos concursos para la adjudicación del servicio, que quedaron desiertos por diversas causas, en el mes de junio de 1977 el delegado de Seguridad y Policía Municipal decidió que se adjudicara directamente el servicio por cinco años a la empresa Cemesa. El presupuesto para este período fue de 434 millones de pesetas, y las tarifas a cobrar a los usuarios eran las fijadas por la ordenanza fiscal en vijzor desde el 1 de enero de ese año, es decir, 2.000 pesetas por turismo.

Un informe de la Policía Municipal realizado en noviembre, cuando sólo actuaban veinticinco de las cien grúas, aconsejaba el incremento del número de éstas, al tiempo que criticaba el excesivo tiempo que se perdía en el traslado de los vehículos a las bases y el hecho de que sólo se recogieran los turismos que entorpecían la circulación, dejando el resto sin recoger.

Las cálculos hechos en este informe hablaban de que se podrían utilizar 95 grúas, cada una de las cuales se encargaría de ocho servicios diarios.

La falta de acuerdo entre la empresa y el Ayuntamiento sobre la fórmula polinómica de revisión de precios y las huelgas habidas en la compañía en diciembre de 1978 hicieron que el Ayuntamiento interviniera ésta durante un año.

Posteriormente se llegó al acuerdo con la empresa de levantar la intervención municipal, se liquidara la deuda contraída con ésta por parte del Ayuntamiento -se elevaba a 180 millones de pesetas- y, se fiscalizara, a partir de entonces, la gestión de la compañía, situación en la que se encuentra ahora la empresa.

"A Cemesa, como sociedad privada, le podía haber salido un buen negocio. Ahora, con la fiscalización de la empresa por parte del Ayuntamiento, se cubren los gastos de mantenimiento y personal. En esta situación no hay futuro", manifestó Edmundo Alfaro, director gerente de Cemesa.

Con respecto a la finalización del periodo de concesión, Alfaro informó que "si se decidiera prorrogarla intentaríamos negociar con el Ayuntamiento otras condiciones. Si, por el contrario, se acuerda su extinción, nos daría exactamente igual".

En opinión del director gerente de Cemesa, la situación de su empresa estuvo motivada por un mal planteamiento municipal a la hora de elaborar la fórmula de revisión de precios. "No es una cuestión de servicios realizados, ya que actualmente habría trabajo para más grúas de las que salen. Cualquier ciudad europea importante tiene más grúas que Madrid, y si el Ayuntamiento decide sacar sólo treinta a la calle, no pasará un mes sin que se vea obligado a aumentar el número de vehículos en funcionamiento"

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