Fernando Castedo: "Mi dimisión supone la quiebra de la transición democrática en RTVE"
Pegunta: Algunos se han alegrado de su dimisión forzada. Muchos, entre ellos gran parte del equipo directivo que confió en usted, creen que no debiera haber dimitido.Respuesta. Desde fuera, lo más probable es que se piense así. Yo mismo lo pensaría. Pero concurre en esta decisión una serie de causas importantes.. En primer lugar, se planteaba una lucha entre dos instituciones, ambas legítimas y democráticas. Una de ellas es la primera institución del país, exceptuada la suprema, que encarna el Rey. En segundo lugar, mi nombramiento era gubernamental y se había producido en razón de pertenecer a un partido. En tercer lugar, la propia presión ambiental puso en riesgo muchos de los planteamientos del Estatuto de la Radio y Televisión. Pero creo, en este sentido, que muchas de las cotas que hemos conseguido son difíciles de eliminar.
P. ¿Cuáles fueron las verdaderas razones de su dimisión?
R. Yo no puedo creer las razones que se han dado, todas ellas abstractas. Se han elevado al rango de categorías las pequeñas anécdotas, que son opinables y destruibles, y no se tuvieron en cuenta otras muchas, todas ellas favorables. La razón última de la dimisión es, diría, una cuestión personal. Me convenció la personalidad de un destacado político de UCD, con quien trabajé muchos años y a quien tengo mucho afecto. El hecho de que él participara en la reunión de aquella noche y se uniese a quienes reclamaban mi dimisión fue la causa decisiva. (Es obligado reseñar que la carrera política y, en parte, la profesional de Fernando Castedo corre paralela a la del actual ministro de Justicia, Pío Cabanillas).
P. Valora usted en mucho el sentido de la amistad, ahora que todos se declaran amigos suyos, incluso sus compañeros de partido en el Consejo de Administración de RTVE...
R. Yo no me he sentido protegido por los consejeros de UCD, ni mucho menos, ni ante las agresiones directas y personales contra mí, ni ante los ataques contra RTVE. Y tengo que decirlo así, aunque eso no significa que alguno de ellos no me haya ayudado mucho en momentos delicados. Soy muy consciente de lo que significa el compromiso de amistad y hasta qué punto influye en mí y me condiciona. Los amigos de verdad, salvo alguno, no me han fallado, y he hecho muchos amigos y muy buenos en esta etapa.. Otros confunden el conocimiento con la amistad.
"Muchos dicen ser demócratas, pero no lo son"
P. ¿También el ex presidente del Gobierno que le nombró director Adolfo Suárez, se sumó a quienes reclamaron su dimisión?
R. El ex presidente, y lo ha dicho públicamente, entendía que no era bueno un conflicto entre dos instituciones. Yo no comparto del todo esta postura, porque creo que un conflicto entre dos instituciones democráticas es bueno, porque es un ejemplo de democracia y el pueblo lo entiende. Pero para ello se necesita que la democracia esté consolidada y que el pueblo esté habituado a vivir en democracia.
P. Intervino también en la forzada dimisión su partido, UCD. ¿Acaso no han prevalecido los intereses de partido sobre los intereses de Estado que usted tanto ha defendido?
R. Intervino quien ostenta la representación legítima del partido y me habló en voz y nombre del partido y no a título personal. Yo le hice saber que discrepaba de esa generalización en cuanto miembro del partido.
P. Se dice que dirigentes de su partido le han llamado traidor.,
R. A mí directamente nunca me han llamado eso, y no lo hubiera consentido ni lo consiento. Aparte de ser una calumnia, demuestra la hipocresía de quienes lo dicen. Sí creyeron que iba: a ser director general de RTVE para servir a un estatuto democrático y aparentar que había llegado la democracia a Radiotelevisión, mientras las cosas no cambiaban en el medio, se han equivocado doblemente conmigo. Primero, porque yo, antes que nada, me considero una persona honesta y seria, que actúa con estos criterios incluso en la política, y pongo énfasis en esta palabra porque hay quien cree que en la política vale todo. Y segundo, porque demuestra un profundo desconocimiento de la realidad social española. Nuestro pueblo no merece que le engañen y es suficientemente maduro como para no dejarse engañar. Hay muchos, políticos, especialmente de la derecha, y lo digo yo, que no soy de izquierda, por utilizar estos términos, que no quieren asumir lo que significa la participación en la vida ciudadana y el juego democrático.
P. Pero los intereses de partido, ¿han prevalecido o no en su dimisión?
R. En muchos casos, sí. Es posible que haya personas que, con buena intención, han identificado intereses y servicios de Estado con posiciones más o menos tranquilizadoras desde su punto de vista personal. Pero, respecto a ellos, les falta una generosidad de comportamiento que es clave para la construcción de la democracia.
P. ¿Las discrepancias políticas entre usted y los presidentes de Gobierno y de UCD significan que éstos quieren una radiotelevisión distinta?
R. El modelo y el tono de nuestra, radiotelevisión no les gustaban, la radio se acercaba bastante a lo que yo pretendía; la televisión, no. Se quedaron en el cajón muchos proyectos que iban a salir el próximo mes de enero. No sé si discrepaban tanto del modelo cuanto del tono. Yo creo que hemos cumplido fiel y escrupulosamente los artículos 3º y 4º del Estatuto, que definen los principios y objetivos de la radio y televisión públicas. Es significativo que los síntomas de rechazo se hayan producido desde los sectores más conservadores y, no de todos. El problema está en que no saben ver la televisión entre líneas, y muchas veces sólo advierten lo que queda a flor de piel.
P. En la carta de dimisión que usted dirigió al presidente del Gobierno le dice que algo importante ha cambiado en UCD. ¿Podría explicar esos cambios sobre los que usted va a reflexionar e incluso decidir su permanencia en el partido?
R. Me refiero a que el partido que nació para ocupar un amplio espectro de centro ha sufrido una transformación que hace que haya perdido muchas de sus características de un partido renovador. No es el partido que postulaba una dinámica social renovadora en la vida política española. Quizá por que el ejercicio continuado de poder desgasta a las personas, al partido, y se pierden hasta las coordenadas éticas. La clase política se aparta cada vez más de la gente, y los políticos pierden la perspectiva de ser servidores públicos. Mientras no consigamos que la clase política no dignifique sus comportamientos, me parece que esa disociación del pueblo se va a seguir produciendo.
"Ni me han ofrecido cargo ni lo acepto"
P. ¿Qué precio tiene su dimisión?
R. Tiene el altísimo valor de que me voy a mi casa a disfrutar y vivir con los míos. Este valor no se puede medir. No me han ofrecido ninguna salida, ningún cargo, y saben perfectamente que no voy a aceptar ningún puesto político. No me van a ofrecer nada. Yo no quiero esas consolaciones. Mi consolación es mi casa, mi gente y mi trabajo normal. Soy abogado del Estado, y ejerceré mi profesión. Desde que me nombraron director general seguí dando las clases de Derecho que imparto en el colegio universitario Cardenal Cisneros todos los lunes, los miércoles y los viernes, a las ocho de la noche. Sólo falté un día: este viernes pasado, cuando me dimitieron, y porque ese día sólo dormí una hora. Quiero seguir dando clases, porque esa es mi vocación, porque me mantiene cerca de los universitarios y de los jóvenes, y porque hace sentirme un ciudadano normal.
P. ¿Cree usted que su dimisión significa que el Estatuto de RTVE no se puede cumplir?
R. La dimisión pone en peligro, o mejor, no favorece la ejecución real del Estatuto, esa ley transformadora que ha querido llevar a cabo el último proceso de la transición política. La radio y la televisión eran, respectivamente, el último paso para efectuar la transición democrática. Lo demuestran el cúmulo de agresiones, ataques y juicios encontrados que la gestión ha provocado en los últimos meses. Ataques que significan que se estaba efectuando la transición democrática en la radio y la televisión. La dimisión significa que este proceso ha sido suspendido, traumatizado, porque habrá que empezar de nuevo, y creo, además, que volverán a producirse las mismas tensiones.
Ayer, mientras se celebraba esta entrevista, Fernando Castedo recibió en su casa un telegrama de Iñaki Gabilondo, director de informativos de Televisión que fue destituido por Castedo el pasado mes de mayo. El telegrama dice: «Lo siento de verdad por el Estatuto, por las ilusiones de todo el equipo, sobre todo por ti. Un abrazo verdaderamente sincero. Iñaki Gabilondo». Castedo dijo que no se arrepentía de haber destituido a Gabilondo, «porque yo quise que él siguiera trabajando con nosotros. Le destituí sólo de los informativos. Es un tío. Yo le quiero mucho».
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