Denegada la práctica de pruebas judiciales sobre la muerte de un niño en Leganés
El Juzgado de Instrucción número cinco de Madrid ha denegado, por no considerarlas de importancia, la realización de determinadas investigaciones tendentes a aclarar las responsabilidades de determinadas personas en el derrumbamiento del muro del colegio nacional José Antonio, de Leganés, ocurrido el 5 de febrero de este año y que causó la muerte de un niño y heridas graves a otro. Los abogados de los familiares del niño fallecido han presentado el correspondiente recurso contra dicha denegación.
La petición de nuevas diligencias incluía las siguientes: que se libre oficio a la delegación provincial de Educación, a fin de que remita certificación al juzgado del proyecto de construcción del colegio José Antonio, libro de órdenes del arquitecto director de la obra, modificaciones del Proyecto, si las hubiere, documentación relativa a la contratación de la obra, certificaciones parciales y totales libradas por la empresa constructora. Asimismo, la petición se extendía al Ayuntamiento de Leganés.El titular del Juzgado de Instrucción número cinco deniega la práctica de las citadas diligencias por no considerarlas relevantes y, en cambio, solicita el concurso del Colegio de Arquitectos para que uno de sus colegiados eleve un informe en relación con el suceso.
Defectos en la construcción de los muros
Hay que hacer constar, según el recurso interpuesto por los abogados contra la denegación del juzgado, que el derrumbamiento se produjo porque "todos los muros de puerta de entrada del colegio adolecían del mismo defecto: si bien se encontraban armados interiormente, las armaduras no penetraban en la cimentación para asegurar el anclaje y resistencia al vuelco". Basados en este dictamen previo, los abogados deseaban conocer qué personas son las responsables de la deficiente construcción del muro.El hecho ocurrió el 5 de febrero de este año. José Miguel Sánchez Gómez y Constantino Torres Murillo, ambos de diez años de edad, se encontraban jugando al pie de la valla de ladrillo cuando ésta se derrumbó, ocasionando la muerte del primero y contusiones de gravedad al segundo. Lo sucedido originó una investigación por parte del Ayuntamiento de Leganés, momento en que se descubrió que otros nueve colegios nacionales presentaban el mismo defecto de construcción: los muros no estaban anclados a los cimientos, por lo que podían derrumbarse en cualquier momento. El Ayuntamiento, para evitar nuevas posibles desgracias, ordenó tirar abajo los cerramientos de los nueve colegios en cuestión, todos ellos construidos entre 1972 y 1974, dentro del Plan de Urgencia de Construcciones Escolares llevado a cabo por el Ministerio de Educación.
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