Concluido el informe para la reforma socialista de la radio y televisión en Francia

Ya se conoce en este país el primer indicio de lo que, a la postre, va a constituir la piedra de toque de la capacidad libertadora del mitterrandismo. La comisión a la que el primer ministro, Pierre Mauroy, encargó la elaboración de un informe que posteriormente alumbrará la nueva ley de los medios audiovisuales del Estado concluyó su trabajo.

A primera vista, la reforma puntera, consistente en la creación de una alta autoridad de lo audiovisual, debería garantizar el objetivo máximo de las nuevas estructuras, prometido por el presidente François Mitterrand durante su campaña electoral: la independencia de la televisión y de la radio estatales respecto a todos los poderes, tanto el político como los financieros o sindicales. ¿Se ha encontrado esa fórmula mágica que va a instrumentar el Gobierno y a aprobar la mayoría socialista de la Asamblea Nacional? Unos dicen que sí y otros quieren tan sólo creerlo.Según propone ese documento de los expertos, la referida alta autoridad, encargada de asegurar la unidad del servicio público y de garantizar su independencia, su funcionamiento y su futuro, está compuesta por nueve miembros. Tres serán elegidos por el presidente de la República; otros tres serán magistrados de las jurisdicciones supremas, y estos seis elegirán a los tres restantes a partir de una lista que propondrá el Consejo Nacional de lo Audiovisual, nuevo organismo que a su vez será formado por miembros de todas las fuerzas políticas, económicas, sociales y representantes socioprofesionales.

Hasta la fecha, los poderes que este informe le confiere a la alta autoridad estaban en manos del Gobierno. Ahora, por añadidura, los nueve miembros serán elegidos por seis años y con sueldo; es decir, de esta forma quedarán más aislados de cualquier tipo de presión. El único pero, por lo que concierne a la independencia total de esa autoridad suprema, se esconde en las previsiones gubernamentales, que entienden colocar un delegado permanente al lado de la alta autoridad. ¿Cuáles serán las prerrogativas del delegado en cuestión?

Por lo demás, la reforma preconizada por el texto de 130 páginas, que ya está en manos del Gobierno, se inspira en la ya referida independencia, en la descentralización y en la creación. Siete sociedades engloban los tres canales existentes, incluida la producción, y prevén la gestión de los programas futuros por satélite. Los dos primeros canales actuales se funden en una sociedad, y con ello se elimina la competencia establecida por la reforma de Giscard, así como la noción de calidad fundada en los índices de escucha. Contrariamente a lo que piensa el Gobierno, el denominado informe Moinot aconseja que se les permita una cierta tasa de publicidad a las radios privadas.

El monopolio estatal de radio y televisión, hasta la fecha, a pesar de su vocación de servicio público, ha sido devorado por los intereses personales o gubernamentales de los poderes que se han sucedido. Tras la revolución de mayo de 1968, el gaullismo liquidó a cerca de un centenar de periodistas infieles. Giscard, en 1974, cuando fue elegido, realizó la purga más sensacional de la V República, al reemplazar a más de doscientas personas. Mitterrand se ha limitado a cambiar a los dirigentes o símbolos giscardianos.