LA OPEP unificará en 34 dólares el precio del petróleo a finales de octubre en una reunión extraordinaria en Ginebra
Apenas dos meses después de su fracasado intento en agosto pasado, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se reunirá a finales de este mes, posiblemente en Ginebra el próximo día 29, para negociar una definitiva unificación del precio del crudo, que casi seguro quedará establecido en 34 dólares por barril. De confirmarse estas previsiones, obtenidas de fuentes fiables, el precio mínimo del barril de petróleo (el arabian light saudí) experimentará un encarecimiento medio de dos dólares.
Los ministros del Petróleo de los trece países miembros de la OPEP, en consultas secretas a lo largo de las dos últimas semanas, se encuentran negociando esta reunificación de sus tarifas, una vez que su último esfuerzo formal, el pasado agosto, en Ginebra, concluyera en un estrepitoso fracaso. Ahora, sin embargo, varios países han cedido en sus anteriores posiciones, convencidos de que sólo la unificación puede acabar con un estado del mercado que es particularmente perjudicial para el consorcio.El ministro indonesio Subroto, presidente por turno de la conferencia ministerial de la OPEP, ha sido el encargado de concertar las consultas previas de la nueva sesión extraordinario del cartel. Tras un encuentro este fin de semana en Yakarta con el ministro del Petróleo de los Emiratos Arabes Unidos, Mana Said Al Oteiba, Subroto ha anunciado que la reunión de urgencia de la OPEP tendrá lugar a finales de este mes, sin concretar fecha ni lugar.
No obstante, fuentes petroleras han señalado que la sesión tendrá lugar el próximo día 29, aunque las reuniones previas se celebrarán los días anteriores, a partir del lunes, día 26. El éxito de este nuevo encuentro, como es natural, no está garantizado, pero es previsible que termine con un acuerdo, después que varios países, concretamente Venezuela e Irak, hayan cedido en sus anteriores posiciones.
El problema que surgió en el último esfuerzo unificador fue la negativa de los dos países mencionados a bajar su precio de 36 dólares al nuevo precio de referencia de 34 dólares. A cambio de esta rebaja, Arabia Saudí, el principal exportador del consorcio, había consentido en aumentar su propio precio de referencia para su crudo ligero de 32 a 34 dólares.
Irak ha anunciado, hace unas tres semanas, la reducción oficial de su barril. Venezuela, en declaraciones del ministro del Petróleo, Humberto Calderón Berti, a la revista especializada Petroleum Information International, ya anticipó, a principios de este mes, que su país no se oponía a la unificación en 34 dólares si esto suponía la supervivencia del consorcio.
La situación del mercado
Con estas declaraciones, Calderón Berti no hacía más que poner el dedo en la llaga. Tras el fracaso de agosto, algunos ministros de la OPEP no habían ocultado su pesimismo sobre el futuro de la organización, ya que el cartel estaba resultando incapaz de cumplir su objetivo fundacional: controlar el mercado mundial de crudo de una manera favorable para sus intereses.Desde hace casi un año, el mercado mundial de crudo se encuentra en una situación de exceso de oferta que, favorable para los país es consumidores, está causando estragos en los productores, especialmente en aquéllos de la OPEP cuyo precio es el más elevado del abanico de tarifas del consorcio.
La responsabilidad de esta situación hay que situarla en la crisis económica en los países occidentales, con sensibles mermas en la actividad económica, y en la actitud de Arabia Saudí, cuyo ministro del Petróleo, jeque Zaki Yamani, firme defensor de la unificación de precios en la OPEP, ha mantenido a altos niveles la producción de petróleo de su país con el fin de doblegar al resto de colegas de la OPEP a aceptar sus tesis.
Las tesis saudíes, calificadas de insolidarias por el resto del consorcio, son, sin embargo, muy razonables. Yamani piensa que, como consecuencia de la aparición de nuevos productores en el mercado (México, el Reino Unido, Noruega, Alaska) y de los esfuerzos de ahorro energético en los países occidentales, la fuerte pérdida de posiciones de la OPEP en el suministro de petróleo al mundo no comunista puede verse agravada, con lo que el consorcio podría verse, en pocos años, sin ninguna fuerza a la hora de fijar el precio.
Si Yamani ha conseguido convencer a sus colegas de la OPEP es algo que está por ver. Pero lo cierto es que la mayoría de los productores del consorcio afrontan dificultades para vender su crudo, como lo demuestra la baja de la producción conjunta, que ha pasado de treinta millones de barriles diarios a finales de 1979 a algo más de 20,5 millones en 1980. Tal es así que países como Nigeria, Argelia y Libia, que antes vendían su crudo al precio que querían (41 dólares), ahora cobran cinco y hasta siete dólares menos.
En este sentido, la reunificación de precios de la OPEP, que luego permitiría la introducción de una fórmula automática de subidas, se hará sobre la base de 34 dólares como base del crudo ligero, con unos diferenciales, algo superiores a los clásicos, de hasta tres o cuatro dólares por barril. Esta cuestión de los diferenciales es la que queda abierta para la nueva reunión y, a menos que todo haya sido previamente negociado, lo que es improbable, será un plato excesivamente fuerte para una sola sesión.
Es previsible, en este sentido, que los ministros anuncien en Ginebra una subida de dos dólares en el precio de referencia saudí y dejen la cuestión de la unificación real y efectiva de los precios para su próxima conferencia ordinaria, que, tal como está previsto, tendrá lugar en Abu Dhabi el 10 de diciembre próximo.
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