Escándalo en una asamblea de UCD de Barcelona
Un duro enfrentamiento se produjo ayer en la asamblea de delegados de Barcelona y provincia de la organización de UCD en Cataluña, que tenía como objetivo elegir los 110 compromisarios que asistirán por esta demarcación al congreso de los centristas catalanes, a celebrar en Lérida en enero de 1982. La asamblea se desarrolló en un clima de crispación y tensiones entre los militantes que apoyan a cada una de las dos listas que se presentaron para cubrir los citados 110 nombres.
Se pusieron a votación, por una parte, la lista encabezada por Julián Valón, y apoyada por el presidente del partido, Antón Cañellas, y el secretario general del mismo, Manuel de Sárraga. Frente a esta opción, se sitúa otra lista alternativa encabezada por Vicente Capdevila y apoyada por el ex ministro Eduardo Punset, y los principales líderes del partido. Esta lista calificada de renovadora es fruto del frente común establecido entre todos los cabezas de fila de la UCD catalana, con el fin de sustituir a Antón Cañellas en la dirección del centrismo catalán.
En el curso de la asamblea, a la que asistían unos seiscientos delegados del partido de Barcelona y su provincia, hubo diversos incidentes. El principal de ellos fue el revuelo que se produjo cuando en la lista de Vicente Capdevila se incluyó en el puesto número nueve el nombre de Eduardo Punset. El ex ministro no figuraba inicialmente en la misma. A pesar de ser presidente de la organización de Barcelona, Punset carece de derecho al voto interno dentro del partido y también del derecho a ser elegido para cargos orgánicos. Ello es así debido a que la dirección del partido decidió privarle de esa capacidad por haberse negado a entregar un porcentaje de su sueldo como presidente de una empresa pública.
Varios minutos de griterío
Cuando la mesa anunció que excluía de la lista «renovadora» el nombre de Punset, numerosos militantes prorrumpieron en abucheos contra la decisión. El griterío continuo por espacio de casi veinte minutos.El también ex ministro Manuel Jiménez de Parga solicitó la palabra para manifestar que no compartía en absoluto la decisión de la mesa, decisión que calificó de antidemocrática. Según Jiménez de Parga, Punset «había sido privado de uno de los derechos principales dentro del partido». Acusó a la dirección del partido de no haber seguido correctamente las indicaciones de los estatutos y apeló a la Constitución, momento en que fue interpelado a gritos por varios militantes que le impidieron continuar hablando.
La mesa, por Cañellas
La mesa de la asamblea, cuya composición era favorable a la lista oficialista propiciada por Cañellas, tampoco aceptó incluir a Punset en la lista oponente, cuando fue leído a la asamblea un escrito de la asesoría jurídica del Ministerio de Industria, del que se deducía que Punset no debería haber sido sancionado. Como presidente de la empresa ENHER no era político. Los enfrentamientos verbales y las tensiones entre los diversos sectores de la asamblea se prolongaron hasta el momento en que se inició la votación, a la hora de cerrar esta edición.
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