Aprobado provisionalmente el Plan Especial de Reforma Interior de Getafe

El Ayuntamiento de Getafe aprobó provisionalmente, en la reunión plenaria que celebró el pasado lunes, el Plan Especial de Reforma Interior (PERI), por el que se recoge la nueva ordenación urbanística de esta ciudad de los alrededores de Madrid capital. El nuevo plan contiene, además, unas tablas de aprovechamiento urbanístico (TAU) que pretenden igualar los derechos que, en volumen, tienen los propietarios de un determinado terreno para edificar en él.

La inclusión en este nuevo plan de las TAU supone, de hecho, que el propietario de un terreno que rebase, gracias a la extensión de éste que posea, el volumen de edificación que por término general se aplica a la zona donde está aquél, deberá revertir ese exceso, en forma de terreno, al Ayuntamiento.Con la de Getafe, esta es la segunda ocasión en que en España las TAU son incluidas en un plan de ordenación. La ocasión anterior fue en el municipio de Ibi, en la provincia de Alicante. Esa vez, el plan fue recurrido por considerar que no resultaba legal aplicar esa medida correctora a la plusvalía que el suelo producía.

Sin embargo, el Tribunal Supremo, en sentencia dictada el pasado mes de julio; sentó jurisprudencia en ese sentido, al darle la razón al Ayuntamiento alicantino frente al recurso de los propietarios del suelo, con lo que su posibilidad de aplicación legal parece fuera de toda duda.

El objetivo principal que persigue el PERI es, según explicó ayer el alcalde, Jesús Prieto, conseguir suelo con el que cubrir, al menos parcialmente, el déficit que en equipamiento registra Getafe. En esa línea se encuentra la nueva adjudicación de volumen edificable que se hace a distintas zonas de la ciudad, volumen oscilante entre 0,3 y 0,6 metros cúbicos por metro cuadrado. Este último volumen sólo es superado por la zonas industriales, que alcanzan 0,7.

Con respecto a esto, la cooperativa de viviendas Caserío de Perales, que pensaba instalarse en el barrio de Perales del Río, ha hecho pública su disconformidad, al no haberse respetado el volumen que anteriormente había pactado con el Ayuntamiento y haber calificado la zona en la que estaba prevista la construcción de doscientas viviendas como destinada a la instalación de una granja-escuela.

El mismo plan prevé pequeñas realizaciones sociales de importancia, al estilo de reservar las plantas bajas de todo nuevo edificio para que en ellas puedan instalar su vivienda famillas de minusválidos.