Núñez, idealista
José Luis Núñez, presidente del Barcelona, no quiere ser menos idealista que Manuel Meler. El presidente españolista defiende la pureza de las camisetas de fútbol. Núñez, ahora, quiere ayudar a la selección nacional con el mayor de los desprendimientos. Núñez es partidario de la fórmula videlista.El presidente azulgrana propone que todos los equipos prescindan de sus internacionales en los dos últimos meses de los campeonatos oficiales, a fin de que puedan prepararse para el Mundial-82. La propuesta puede estar llena de idealismo, de demagogia o de puro interés.
El Barcelona que comienza a ir bien en la Liga, probablemente, podría prescindir de Alesanco, Víctor, Esteban y Sánchez, pero la Real Sociedad, por ejemplo, no podría ceder a Arconada, Celayeta, Alonso, Zamora, Satrústegui y López Ufarte. Porque ello supondría renunciar a todas sus aspiraciones.
El señor Núñez y demás idealistas pueden ir abandonando esa idea por tres razones fundamentales: un final de Liga sin los internacionales sería falsear el campeonato; unos partidos, sin los mejores, no interesarían a nadie y serían una ruina para los clubes y una larga concentración de tres meses llevaría a los internacionales españoles al Mundial hastiados y sin el tono que di la competición. El éxito de la fórmula argentina estuvo en los arbitrajes contra Francia y Hungría, y en el balón al poste de Renssenbrinck, en el último minuto de la final. A Argentina le dio tanto resultado la fórmula de Menotti como el arbitraje de Gonella.