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La investigación sobre el aceite tóxico pone al descubierto una banda de traficantes de colza comestible

La existencia de un importante mercado clandestino de colza comestible importada fraudulentamente a bajo precio facilitó la entrada de la colza tóxica para uso industrial en el circuito de aceites para consumo humano, según se desprende de las últimas investigaciones, que han puesto al descubierto a una banda perfectamente organizada de traficantes de colza con contactos en la Administración.

Las investigaciones, realizadas conjuntamente por la policía y por funcionarios de Aduanas en torno al circuito de aceite tóxico, han permitido descubrir la existencia en España de ese mercado clandestino. El último buque detectado por la Dirección General de Aduanas, del Ministerio de Hacienda, ha sido el Toltek, de bandera holandesa, que descargó en los depósitos de Relisa, en el puerto de Barcelona el pasado 19 de mayo, aproximadamente un millón de kilos de colza comestible, bajo licencia falsa de acid oil (aceite de ácidos).El síndrome tóxico, que ha causado 148 muertos, resulta ser la punta del iceberg de un mercado incontrolado y fraudulento de aceite de colza, que se extiende por toda España.

El aceite de colza era cargado habitualmente en el puerto de Rotterdam y descargado en el de Barcelona.

La contrastación de estas informaciones puso de manifiesto que el aceite de ácidos que supuestamente entró en Barcelona el 19 de mayo en el buque Toltek con esa licencia no era sino colza comestible adquirida a Oleagri en Francia, por medio de intermediarios que disponían de estrechos contactos con funcionarios en los lugares precisos del puerto y la aduana para obtener la licencia, canjearlas muestras obtenidas en la bodega del buque por otras muestras falsas preparadas previamente y que respondían a las características de lo señalado en la licencia de importación, autorizada por el Ministerio de Comercio, pero no al contenido del cargamento.

El descubrimiento de grandes cantidades de aceite de colza no tóxica, es decir, no desnaturalizada, en las mezclas de aceites comestibles y la investigación de los camiones cisterna que transportaban dicho aceite desde los depósitos de Relisa en el puerto de Barcelona (concretamente del depósito número 54. en el caso del último buque citado) han confirmado la existencia del circuito clandestino de colza a más bajo precio que la de producción nacional.

El precio del kilo de aceite de colza importado fraudulentamente, bajo licencia falsa, oscila en el mercado de estos traficantes entre las 86 y 88 pesetas, mientras que el kilo de colza comestible producido en España es de unas 120 pesetas. Los distribuidores del aceite desnaturalizado trataron en vano de penetrar en el circuito de la colza clandestina comestible de 88 pesetas/kilo, y lo hicieron finalmente comercializando la colza de uso industrial que entraba en España legalmente a unas setenta pesetas el kilo. La diferencia de dieciocho pesetas por kilo puede haber sido el motor que llevó a los envenenadores a distribuir el aceite industrial para consumo humano

EL PAIS publicará mañana, domingo, un amplio informe sobre estas investigaciones.

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