Altos mandos militares iraníes mueren en vísperas de las elecciones presidenciales
El ministro de Defensa, Sayed Namyu, y otros tres altos mandos militares iraníes, entre ellos el número dos de los guardianes de la revolución, murieron el martes por la noche al estallar en el aire el avión en que viajaban. Este nuevo desastre para la República Islámica se produce en vísperas de que se abran los colegios electorales, de los que mañana saldrá el nuevo presidente de la república, sucesor del asesinado Alí Rayal.El incidente que costó la vida a parte de la cúpula militar iraní se produjo cuando el avión, un Hércules C-130, se disponía a aterrizar en Teherán, procedente del frente de Juzestán donde había recogido a muertos y heridos de la batalla mantenida días antes con las fuerzas iraquíes. Varios de los ocupantes lograron salvar la vida.
Desde el primer momento corrieron por la capital diversos rumores sobre el origen del accidente, y fuentes de la presidencte de la república manifestaron que «se están realizando investigaciones en torno al accidente, aunque por el momento no existe sospecha alguna», según informa desde Teherán nuestro enviado especial, Rafael Fraguas.
Unos dieciséis millones de iraníes acudirán mañana a las urnas para elegir, según todas las previsiones, a Sayed Alí Jamenei, de 42 años, como su próximo presidente. El hasta ahora secretario general del Partido de la Républica Islámica (PRI) es un especialista en temas de defensa, ya ha sufrido en su propia carne un intento de asesinato, el pasado 27 de junio, del que tardó bastante tiempo en recuperarse.
La tensión preelectoral en Teherán hace temer nuevos incidentes sangrientos, y, las autoridades han advertido con toda claridad que cualquier persona que participe en actividades antirrevoIucionarias será pasada por las armas sin ningún tipo de contemplaciones.
El mismo martes fue asesinado en la ciudad nororiental de Machad el johatoleslam Abdolkarim Haseminejad, secretario general del comité local del PRI. Un infiltrado hipócrita, según las autoridades, quitó frente a él la espoleta de una granada. que al estallar acabó con la vida del líder religioso y de un acompañante. El agresor será ejecutado.
Mientras tanto, arrecian los incidentes callejeros en Teherán. Ayer, las principales avenidas de la capital iraní fueron de nuevo un campo de batalla, sin que, sin embargo, se produjesen víctimas. Hubo unas cincuenta detenciones, y las autoridades anunciaron que 68 comandos muyahidin habían sido localizados en la ciudad durante las últimas horas.
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