Reagan está loco
Reagan está loco. O quizá todos estamos locos y Reagan está cuerdo. El caso es que cada día que leo las noticias y veo la política que este vaquero de películas está llevando a cabo me convenzo más de que nuestra querida tierra es una obra demasiado valiosa en manos de unos niños que la toman por un juguete.En efecto, ¿cómo ha podido una nación confiar las riendas de su vida y de la vida de tantos otros a un hombre así, un hombre que se ha creído que esas riendas son las de un caballo y que está haciendo una película de vaqueros, donde los indios (ahora los rusos) son los malos, y los vaqueros (ahora los americanos), con el sheriff en cabeza (él), son los buenos?
Este hombre está jugando a batallitas y soldaditos con nosotros y nadie parece querer darse cuenta.
Este hombre, llamado R. R., que ha reducido al máximo todos los presupuestos de ayuda a la educación, minorías y Seguridad Social, no tiene derecho, no puede mantenerse en una presidencia que, para mayor gravedad, es el puesto más decisivo en relaciones internacionales y mundiales. El mundo es el colmo del absurdo e hipócrita consigo mismo si acepta esto, y Io acepta. Siempre se ha pensado que la historia de la humanidad ha ido progresando, que el hombre ha ido aprendiendo para mejorarse, siempre se ha creído que el hombre intenta recorrer el camino de la perfección queriendo llegar lo más lejos posible en él. Entonces, qué significa este espécimen en la presidencia de un país tan poderoso, tan avanzado científicamente (no humanamente, por lo visto). Qué significa este silencio ante algo tan evidente como que el mundo está en peligro si continúa en manos de quien
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