OTAN-España
Le dirigimos estas líneas, sorprendidos y dolidos por la aparición el día 8 de septiembre de 1981 en su periódico de una carta -de longitud inhabitual- sobre Javier Rupérez, en la que se relaciona su posición favorable a la entrada de España en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con el susto de su secuestro y una búsqueda de mayor seguridad personal.Ningún debate puede justificar la bajeza de ataque personal semejante y su recurso demuestra una falta de ética total. No obstante, aunque la pedrada duela al que la recibe, mancilla sólo al que la arroja.
Una mínima memoria de las cosas basta, sin embargo, para comprobar la falsedad de la afirmación: el pensamiento de nuestro compañero y amigo ha enriquecido el proyecto político de UCD en temas internacionales mucho antes de su desdichada peripecia vital.
Su talla humana y calidad moral le han permitido convertir su drama en un simple paréntesis de 31 días. A su regreso ha continuado idéntica trayectoria profesional y política./
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