La esposa del cónsul alemán fue liberada después de abonar su familia 162 millones como rescate
Para última hora de anoche o primera de esta mañana era esperada, en Granada, la esposa del cónsul honorario de la República Federal de Alemania, María Magdalena Horwitz, tras haber sido liberada por sus secuestradores, sana y salva, en algún punto del sur de Portugal cercano a la ciudad de Faro, a los veinticuatro días de su desaparición.
Aunque no se ha hecho todavía ningún tipo de declaración oficial sobre el caso, la familia de -la señora Horwitz ha manifestado que ha pagado como rescate cuatro millones de marcos (unos 162 millones de pesetas), y que en las operaciones realizadas para conseguir su liberación han intervenido representantes de los Gobiernos de Alemania, Portugal y España. Sin embargo, un portavoz de la Embajada alemana señaló a Europa Press que no se había abonado rescate alguno.La señora Horwitz, de 55 años de edad, se había presentado personalmente, el miércoles por la mañana, en el consulado alemán de la capital portuguesa, donde se identificó y fue recogida por su esposo, Reinaldo Horwitz, poco antes de la una de la madrugada de ayer, en la ciudad fronteriza de Vila Real de Santo Antonio. Según dijeron a EL PAÍS funcionarios de la brigada de información de la Jefatura Superior de Policía de Granada, el matrimonio Horwitz cruzó la frontera de Ayamonte (Huelva), a las tres de la tarde, acompañado de varios inspectores del Cuerpo Superior, que habían viajado el día anterior a Portugal con el diplomático alemán.
María Magdalena Horwitz, que está casada en segundas nupcias con su actual esposo, desapareció misteriosamente el lunes 24 de agosto, después de salir de su domicilio de la carretera de Sierra Nevada, sede de la representación consular de Alemania en Granada, con la intención de dirigirse a una peluquería del centro de la ciudad, en la que. no llegó a entrar. Horas más tarde, tras haber sido denunciada la desaparición por la familia, la policía descubrió el automóvil que conducía al salir de casa, un Citroen tipo Dyanne, de color blanco, aparcado en la calle Acera de Canasteros.
La negativa a comentar la desaparición por parte de Reinaldo Horwitz y el resto de los representantes diplomáticos de su país en España, incluido el propio embajador, originó en un principio todo tipo de rumores sobre el misterioso caso, hasta el punto de apuntarse como segura la posibilidad de un probable abandono del hogar familiar.
No obstante, en días sucesivos fue tomando cuerpo la hipótesis de que la esposa del cónsul hubiera sido secuestrada y que se pidiera por su rescate una fuerte cantidad de dinero, lo que fue prácticamente confirmado después por el patético llamamiento realizado por Horwitz hace unos días, a través de la radio, en alemán, dirigido a un tal Müller.
Si bien no han trascendido aún las declaraciones de María Magdalena a las respectivas policías portuguesa y española, ayer se comentó en Granada que aquélla denunció en ambos casos haber sido secuestrada por un grupo de hombres españoles y alemanes, de los que el nombrado como Müller podría ser el cabecilla.
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