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Tribuna
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Posiciones definidas

El sábado tendremos de nuevo fútbol. La AFE dio ayer una muestra de cordura al desconvocar la huelga. Solamente ha obtenido con plenitud sus dos primeros puntos relvindicativos, el pago y la supresión de la norma sub-20, pero esos eran los dos puntos clave sobre los que se pretendió llegara un acuerdo desde el principio. La AFE siempre advirtió que, sobre el resto de sus peticiones, se conformaba con iniciar una negociación. La AFE ha cumplido lo que prometía, y los cIubes y la Federación que, finalmente han cedido, han sufrido un desgaste inútil, por mantener, durante dos semanas, una postura cerril.La huelga ha sido un pulso que han ganado los futbolistas. La AFE se jugó su propia supervivencia. La victoria le supone una af-irmación y un crecimiento en su implantación entre los profesionales del balompié.

La huelga ha tenido aspectos positlvos muy interesantes. De una parte se ha demostrado que el fútbol profesional cuenta con un colectivo al que no se puede menospreciar. Ya no es un grupo amorfo. Hace unos años eran muy pocos quienes se atrevían a plantear un tema de fondo. Algunos, cuando lo hacían, iban a parar a la cárcel, como le sucedió a Cabrera Bazán, en Jaén, donde no cobraba, o tenían que renunciar al fútbol, como le ocurrió a Quino en el Betis, porque el derecho de retención era de por vida.

Mientras se ha descubierto la vitalidad corporativa de los jugadores, algunos dirigentes han mostrado el plumero que se les suponía. Ya está claro donde está cada cual.

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