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UCD presidirá el Consejo valenciano hasta las elecciones regionales de 1983

Con la toma de posesión del nuevo Consell del País Valenciano ayer, en sesión realizada en el salón de Corts del palacio de la Generalidad de Valencia, se cierra una polémica etapa del proceso autonómico, caracterizada por los enfrentamientos entre UCD y PSOE, partido este último que optó por ausentarse del Consell, y la paralización de la negociación del anteproyecto del Estatuto.

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Un Consell con 12 carteras

El nuevo Consell, que estará presidido por un presidente de UCD, Enrique Monsonís, hasta las primeras elecciones regionales de 1983, abre una nueva fase en la autonomía valenciana. Socialistas y centristas, junto con los comunistas, se comprometen en este tiempo a mantener un Gobierno de unidad y llevar adelante una. gestión eficaz de las competencias transferidas por la Administración central. En este sentido, el ahora Gobierno preautonómico ha recibido desde enero de 1979, en que se produce el primer real decreto de transferencias para el País Valenciano, competencias de las áreas de agricultura y pesca, cultura, obras públicas y urbanismo, trabajo, sanidad y seguridad social, transportes, turismo y comunicaciones y administración territorial, que permiten tener un relativo poder regional a la institución preautonómica, en tanto se aprueba el Estatuto en el Parlamento y se amplian las competencias.

Para aplicar este poder limitado, que los nuevos consejeros se comprometen a gestionar y aumentar, los créditos presupuestarios transferidos al País Valenciano durante el año en curso ascendieron a 317 millones de pesetas, presupuesto absorbido prácticamente por Obras Públicas y Urbanismo, cartera de UCD en el nuevo Consell, y por Trabajo, Sanidad y Seguridad Social, que controla el PSOE. Por otro lado, el número de funcionarios transferidos es de 562, adscritos a las consejerías de Agricultura y Trabajo.

Cultura y Educación, temas polémicos

El programa de gobierno, que los tres partidos están decididos a pactar en breve, tiene como aspecto más crítico el relativo a Cultura y Educación, donde las abiertas divergencias entre UCD y PSOE sobre la lengua valenciana pueden hacer imposible un acuerdo en este ámbito. La presencia en Educación de una profesora de universidad, Amparo Cabanes, como independiente de UCD, respaldada por la línea dura de Fernando Abril, hace difícil la coordinación con el socialista Cipriano Ciscar, que asume la cartera de Cultura. De estas carteras depende la edición de publicaciones y la progresiva introducción del valenciano en la enseñanza medía. El nuevo presidente, Enrique Monsonís, que había ocupado en funciones este cargo desde la salida de los socialistas y de José Luis Albiñana del Consell, manifestó en la sesión de ayer que aunque el decreto de modíficación del Gobierno preautonomico determina una política de unidad de los partidos con representación parlamentaria, «en realidad debe ser mucho más que el cumplimiento de un precepto y convertirse en la ejemplar expresión visible de la cooperación y entendimiento de los tres partidos más votados por los valencianos, para actuar con firme y legítima representación del pueblo valenciano en la defensa de sus intereses dentro del absoluto respeto a la Constitución española».

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