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La empresa de maquinaria de obras públicas Kynos presenta suspensión de pagos

La empresa de maquinaria de obras públicas Kynos, vinculada a la constructora Agromán, ha presentado suspensión de pagos con un activo de 1.831 millones de pesetas y un pasivo que supera los 1.478 millones dé pesetas. Fuentes del sector achacan la situación de la empresa a la crisis general del sector y al incumplimiento de los compromisos del socio de Kynos, la multinacional Koehring, que aportaba la tecnología. En medios laborales han señalado que la suspensión es consecuencia de una mala política financiera de la empresa.

Kynos se constituyó en 1947 con un capital social de un millón de pesetas por Sabas Yagüe Murias y Felipe Elorrieta. Según consta en el acta de constitución, el objeto social de la sociedad era el sector de maquinaria industrial de construcción. Kynos ha venido trabajando con patentes de la multinacional Koehring que, además de la tecnología, detentaba buena parte de las acciones. Hasta 1980, su participación era del 50%. En ese ano se produce una ampliación de capital a la que no concurren los dos principales socios, ni Agromán ni Koehring. Actualmente, como consecuencia de la citada ampliación, la participación en la sociedad sufre algunas modificaciones y, según ha podido saber EL PAÍS, Agromán y Koehring controlan el 18% respectivamente de las acciones, y Radiotrónica, SA, y SASPI, el otro 64%, a partes iguales.

Caída vertiginosa de las ventas

En los últimos años, el descenso en las ventas de maquinaria experimentado por Kynos resulta vertiginoso. La caída, según manifestaron representantes de la empresa, coincide con la sufrida por todo el sector de la construcción, y especialmente el de obras públicas. «La demanda», señalaron las citadas fuentes, «ha llegado a ser prácticamente nula. Las empresas dedicadas a la obra pública han visto disminuir su cartera de pedidos y, consecuentemente, han dejado de adquirir maquinaria y han procurado resistir con material anticuado». Esta situación lleva a la dirección de Kynos a plantearse un cambio de estrategia comercial. Había que cambiar la oferta, ir hacia maquinaria más pequeña y que tuviera más fácil salida. Paralelamente, se plantea la posibilidad de acudir a la exportación. Ambas soluciones, sin embargo, son inviables. «Hay que tener en cuenta que la tecnología era Koehring y a esta multinacional no le interesaba nuestra posible competencia en el exterior. La posibilidad de un cambio en la producción tampoco fue aceptada por Koehring».

Kynos, que en 1980 perdió 237 millones de pesetas, tiene entre sus principales acreedores a Agromán, con 164,2 millones de pesetas, además de las distintas divisiones de la propia Koehílng. Fuentes laborales indicaron a EL PAÍS que las vinculaciones entre Agromán y Kynos no se limitaban a la participación en el capital.

Sus dudas se agudizan al considerar que hasta hace pocos meses formaba parte del consejo de administración de la sociedad José María Aguirre González, miembro a su vez del consejo de Agromán. De ese consejo de administración, compuesto entre, otras personas por Alfonso Osorio García, Eduardo Villegas, José Garnica y Manfred Rudolph, sólo este último permanece en el actual consejo, presidido ahora por Javier Gonzalo.

Por otra parte, según las mismas fuentes, sobre Kynos pesa una hipoteca de seiscientos millones de pesetas del Banco Guipuzcoano, presidido por José María Aguirre Gonzalo, presidente también de Agromán.

La falta de interés de la Koehring en el caso de Kynos parece tener su origen en la absorción el pasado verano del grupo Koehring por parte de la Dominion Bridge.

Esta empresa canadiense factura anualmente unos 200.000 millones de pesetas en maquinaria y bienes de equipo. Según manifestaron a este periódico fuentes del sector, la estrategia del nuevo propietario de la Koehring se inclina actualmente por abandonar las actividades de sus filiales en España.

Soluciones de supervivencia

Entre las soluciones de supervivencia que la dirección de Kynos se plantea en estos momentos, destaca la exigencia a la Dominion Bridge de que cumpla los compromisos tecnológicos contraídos en España. Tema que, según aseguraron fuentes empresariales, ha de ser abordado con toda rapidez. En cualquier caso, si las negociaciones no dieran resultado, se exigiría por vía judicial los daños y perjuicios ocasionados a la Kynos española. Las mismas fuentes aseguraron su intención de estudiar alguna posible vía de supervivencia. Supervivencia que, en gran medida, depende de la actitud que Koehring adopte en el tema. La salida de Kynos, a la vista de la escasa demanda de maquinaria pesada en el mercado español, estaría en la producción de equipos ligeros, y para ello necesitaría la tecnología de su socio canadiense.

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