El "reggae" y la cerveza alegraron un carnaval de Notting Hill sin incidentes
Con sus largas cabelleras trenzadas, una jarra de cerveza en la mano y bailando el calypso y el reggae, rodeados de viejos edificios victorianos, blancos, negros y asiáticos celebraron el pasado fin de semana, con neto sabor jamaicano, el carnaval de Notting Hill, en pleno centro de Londres. Las orquestas bajaban en carros de la colina de Notting Hill y los seguidores del Negus, de la virtud de la marihuana y del reggae, acudieron a la fiesta con aspecto de chicos buenos. Y en contra de lo previsto, no se registraron incidentes reseñables. Entre los miles de asistentes se encontraban numerosos grupos de punks, con sus cabellos en forma de cresta de colores, que deambulaban por la zona ajenos a la celebración. Una celebración que era un test si se tiene en cuenta el ambiente que reinaba durante todo el verano en el Reino Unido con los recientes incidentes en Brixton y Toxteth (barrios de Londres y Liverpool, teatros de violentas manifestaciones). Se miraba hacia los participantes en el carnaval y se pensaba que podría ser el último si se llegaban a producir incidentes. Los organizadores de la fiesta ya habían manifestado que "Notting Hill no debe convertirse en otro Brixton".
Los bobbies, discretos, con indumentaria de verano, se paseaban en parepas entre los bailarínes, tarareando tambien al son del reggae. Casi parecían unos más de los asistentes al festejo. Pero a dos pasos de allí, en Flyde Park, se ocultaban muchas fuerzas policiales en estado de alerta. Unos 10.000 hombres permanecían dispuestos para intervenir si fuera necesario.
La jornada, de todas formas, aunque tuvo un comienzo problemático, se desarrolló con normalidad. Por la mañana, a escasos kilómetros del lugar de la fiesta, en el barrio del Fulham, el partido Frente Nacional, de ideología ultraderechista, había reunido a algunos de sus partidarios. Su folklore era diferente. Cabezas rapadas, pantalones vaqueros y tirantes, camisetas con los colores de la Unión Jack, era la indumentaria de las apenas doscientas personas que gritaban eslóganes como "Libertad de palabra para los racistas blancos", "Defender los derechos de los blancos" o "Ganaremos en nombre de la raza". Frente a ellos, separados por una columna de bobbies a caballo, una manifestación de la Liga Antinazi había congregado a un centenar de partidarios. Pero no hubo enfrentamiento y, los militantes del Frente Nacional no perturbaron el desarrollo del carnaval en ningún momento.
El calypso y el reggae, bañados en cerveza, se siguieron bailando durante toda la jornada, sin incidentes y en animada confraternización de blancos, negros.
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