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La rentabilidad de los bancos privados supera la que ofrece la banca pública en el mundo

Los bancos nacionalizados, o con una fuerte presencia de caudales públicos en su capital, resultan notablemente menos rentables que aquéllos que se encuentran gestionados y participados mayoritariamente por la iniciativa privada. Esta es al menos la conclusión que se desprende a primera vista de la clasificación mundial de empresas del sector, publicado por la revista especializada The Banker.

Mientras cuatro entidades de crédito de Francia, país donde desde hace años se encuentra nacionalizado este sector, se encuentran entre las cinco primeras entidades mundiales en cuanto al volumen de sus depósitos, hay que descender hasta el puesto número trece de la clasificación por beneficios para encontrar a la primera entidad financiera gala, la Paribas, que además no se corresponde con ninguna de las quince primeras instituciones a nivel mundial, por su volumen de depósitos.Por el contrario, la banca inglesa, a pesar de presentar unos moderados saldos, tanto de cuentas acreedoras como de activos totales, es la que a nivel de país presentó unos mayores volúmenes de beneficio en el pasado ejercicio. Este dato vuelve a poner de relieve la vieja realidad, ampliamente conocida en medios bancarios, de que en las épocas en que la crisis se centra sobre las economías nacionales las entidades bancarias que consiguen superarla acostumbran a ofrecer prodigiosos incrementos en sus cuentas.

Estas importantes diferencias en los niveles de rentabilidad de los bancos, según tengan participación mayoritaria del Estado o sean fundamentalmente privados, vienen normalmente dadas por los distintos criterios de gestión.

Así, y en el caso de la banca francesa, el gigantismo parece ser la meta que define los planes de sus gestores, quienes suelen ser conocidos, y hasta temidos, en los mercados financieros internacionales, pues acostumbran a cerrar operaciones con unos márgenes que el resto de las entidades consideran como poco interesantes.

La ausencia de unos criterios de gestión mercantilmente convencionales, es decir, el no tener que sobreponer la cuenta de resultados a ninguna otra realidad, tiene también un efecto en la trayectoria de los bancos dependientes de la Administración del Estado. El acometer operaciones cuyas últimas causas son de orden político acostumbra a constituir una pesada carga para los resultados de estas entidades, que normalmente vienen soportando ya de forma directa unas inversiones dirigidas por el poder político, en las que evidentemente se anteponen los criterios de rentabilidad social a los estrictamente financieros.

Diferentes objetivos

Sin embargo, y según han manifestado reiteradamente medios del sector, hay que considerar también los menores niveles de eficacia en la gestión de la banca pública que en los de la banca privada. Esta última tiene un fin claro, el mismo que cualquier empresa privada, y es conseguir cerrar cada ejercicio con unos excedentes de explotación que a ser posible resulten cada año crecientes. Por el contrario, los bancos nacionalizados tienen corno principal objetivo el aumentar sus depósitos para conseguir un mayor volumen de caudales operativos con que hacer frente a proyectos de inversión,Según especialistas consultados por este diario, uno de los aspectos que más resaltan del ranking, de The Banker es la segunda posición que ocupa en cuanto a volumen de beneficios el Banco do Brasil. Las peculiaridades de la economía brasileña , donde existe una fuerte implantación de capitales extranjeros, y donde la actividad mercantil comienza a despegar con bríos insospechados, son, en opinión de estas fuentes, las razones que han posibilitado a ésta entidad el cerrar el pasado ejercicio con una cifra de beneficio próxima a los 1.070 millones de dólares (unos 100.000 millones de pesetas).

También resulta un tanto sorprendente la zona media que ocupan las grandes organizaciones bancarias norteamericanas en cuanto a cifras de beneficios se refiere. Las bruscas variaciones en los tipos de interés de los mercados financieros estadounidenses durante el pasado año hicieron a más de uno de estos grandes monstruos pasar por situaciones de compromiso, y esa circunstancia ha tenido su fiel reflejo en sus cuentas de resultados. Otra circunstancia que tampoco resulta desdeñable es la crisis que afecta al sistema tradicional de ahorro estadounidense, Y cuyo efecto más visible son las crecientes demandas de superiores remuneraciones a los depósitos por parte de los ahorradores. Este hecho ha provocado un notable encarecimiento del precio de los recursos de la banca norteamericana, a la vez que ha venido a distorsionar el tradicional esquema por el cual la abundantísima banca local recogía dinero muy barato, cuya recolocación repartía entre los industriales de su contorno y los depósitos a superior tipo de interés en las grandes entidades.

Actualmente los pequeños bancos y las cajas de ahorro norteamericanas están atravesando una aguda crisis. Este encarecimiento en el precio que han de pagar por los depósitos, la caída de la construcción, y con ello del mercado de nuevas hipotecas, y la aparición de las sociedades de inversión financiera han llevado a las entidades locales, piezas básicas en el sistema financiero tradicional estadounidense, a situaciones límite, que incluso han producido actuaciones de la Administración, como una muy reciente disposición de la Reserva Federal por la que se arbitran unos tipos de interés preferente para la banca de estas características.

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