El Partido Socialdemócrata portugués sigue sin designar un nuevo primer ministro
Francisco Pinto Balsemão, que abandonó la semana pasada la presidencia del Gobierno portugués, acaba de conseguir una importante victoria política sobre sus adversarios en el interior del Partido Socialdemócrata (PSD), del que es presidente. Aunque en el momento de transmitir esta crónica no se conoce la respuesta que dará Pinto Balsemão a la delegación del Consejo Nacional del partido, que fue a manifestarle el deseo de verle asumir de nuevo la jefatura del Ejecutivo, después de dos días de agitadas reuniones del Consejo, parece se ha consagrado en el mismo la derrota de los contestatarios.
Los críticos de la acción gubernamental de Pinto Balsemão dieron a lo largo de la reunión, a la que el primer ministro se negó a asistir, el espectáculo de sus divisiones, sus vacilaciones y de su incapacidad para proponer una solución alternativa.A partir de este momento, la única cuestión que se planteaba era el saber si Balsemão lograría el apoyo unánime que exige para aceptar de nuevo el encargarse de formar Gobierno. Los principales jefes de filas de la oposición interna fueron sucesivamente abandonando el terreno hasta que dieciséis de las diecinueve comisiones federales tomaron la iniciativa de una moción que condena, en términos severos, la ligereza con que han sumido al PSD y al país en la crisis política.
Pero, dado que el problema es más profundo en el seno de la coalición de Alianza Democrática, no es seguro que Pinto Balsemão considere el problema como cerrado definitivamente. Además, hay que tener en cuenta la existencia de una petición de congreso extraordinario firmada por más de 2.500 militantes del partido, extremo este que confirmó uno de los portavoces de la federación de Lisboa.
Los consejeros más cercanos al primer ministro dimisionario consideran que éste no debe malgastar el capital de autoridad política adquirido en esta primera gran batalla para aceptar el liderazgo de un Gobierno cuya existencia dependería de los resultados del congreso extraordinario del partido, dentro de dos o tres meses.
La comisión política, donde Pinto Balsemão dispone de casi unanimidad, debería entonces proponer otro nombre, que contaría con el apoyo del presidente del partido. Los más pesimistas consideran que el proceso de ruptura en el PSD se ha iniciado ya irremediablemente. Este proceso tendrá sus repercusiones en los demás partidos de la coalición y también en el partido socialista.
Mañana, lunes, el presidente de la República, general Ramalho Eanes, iniciará las consultas con todos los partidos representados en el parlamento para intentar resolver la crisis. Los socialdemócratas disponen, pues, de un plazo cortísimo para no presentarse ante Eanes con las manos vacías, ya que les compete, como partido mayoritario, designar al futuro primer ministro.
Según fuentes socialdemócratas, el presidente de la República advirtió al primer ministro dimisionario que sólo esperaría diez días para una solución de la crisis gubernamental. Crisis que podría desembocar en la convocatoria de elecciones anticipadas.
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