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Las compañías aéreas norteamericanas pierden 25 millones de dólares diarios por la huelga de controladores

La huelga de los controladores aéreos de Estados Unidos está causando a las compañías de aviación de aquel país pérdidas diarias de veinticinco millones de dólares (aproximadamente 2.500 millones de pesetas). Pérdidas que también sufren las empresas que tienen líneas regulares con aquel país y, en especial, las europeas. Los vuelos del viejo continente con destino u origen en Estados Unidos volvieron a registrar ayer serios retrasos y numerosas cancelaciones, situación que se podrá aliviar en parte en las próximas jornadas, tras la decisión de los controladores aéreos canadienses de volver a admitir tráfico en su centro de control de Gander (Terranova). En España sólo hubo retrasos en cinco aviones, tres de ida y dos de vuelta.

Los controladores aéreos canadienses decidieron ayer volver a atender los vuelos con destino u origen en Estados Unidos, mientras una comisión investigadora realiza un informe sobre la seguridad en vuelo que en la actualidad proporciona el espacio aéreo norteamericano, alterado a causa de la huelga que los controladores de este país mantienen desde el pasado día 3. Fuentes de la Administración federal de Aviación norteamericana han reconocido que desde el inicio de la huelga estuvieron a punto de producirse cuatro choques en el aire entre aviones.La medida de los controladores canadienses facilitará un mayor flujo de tráfico hacia Estados Unidos, pero no evitará en adelante los serios retrasos y numerosas cancelaciones de vuelos que ayer se registraron en toda Europa, ni eliminará, en algunos casos, como sucedió ayer, vuelos de ida y vuelta sobre el Atlántico.

El presidente Reagan, por su parte, declaró en Santa Bárbara (California), donde pasa unos días de descanso, que no tiene intención de readmitir a los 9.000 controladores despedidos, a pesar de los graves problemas que la huelga entraña para los vuelos transatlánticos. El presidente norteamericano considera que los propios controladores han roto su contrato, que no les da derecho a hacer huelga.

La mayor amenaza de futuro para el tráfico hacia o desde Estados Unidos proviene del anuncio realizado por los controladores portugueses de cortar a partir del sábado la vía de Santa María de Azores, la tercera en importancia tras Shanwick (Escocia) y Shannon (Irlanda).

Caos en los aeropuertos

Los aeropuertos europeos registraron durante la jornada de ayer un auténtico caos. Vuelos de las compañías aéreas de bandera alemana, británica, francesa e italiana fueron anulados (la holandesa KLM los suspendió todos) y los que pudieron salir lo hicieron con siete, y hasta diez horas de retraso. Esta circunstancia, unida al regreso de algunos aviones que en mitad del Atlántico se encontraron con la vía hacia Estados Unidos cerrada, provocó auténticas aglomeraciones de pasajeros.Por lo que respecta a España, despegaron del aeropuerto de Madrid-Barajas tres aviones con destino a Estados Unidos, dos de Iberia y uno de TWA. Los aviones de Iberia salieron con dos horas y 45 minutos de retraso el vuelo con destino a Miami, y con una hora el de Nueva York. El .vuelo 903 de TWA, con destino a Nueva York, despegó con cuatro horas de retraso.

El jumbo, por otra parte, que debía llegar de Nueva York sobre las ocho de la mañana despegó del aeropuerto Kennedy a las cuatro de la tarde (hora de Madrid). El vuelo procedente de Miami, cuya llegada estaba prevista aproximadamente a la misma hora que el anterior, aterrizó a media tarde, después de hacer escalas en Caracas y Las Palmas de Gran Canaria.

La crisis de las nubes

La huelga de los controladores aéreos norteamericanos va a agravar este año la crisis económica que atravisan en general las compañías aéreas occidentales dedicadas a los vuelos regulares.A principios de año, la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), que agrupa a 111 compañías de todo el mundo, calculó unas pérdidas globales de 225.000 millones de pesetas. Sólo las líneas aéreas norteamericanas, en los seis primeros meses, habían perdido 170 millones de dólares. Y desde que comenzó la huelga de controladores, con su secuela de retrasos y cancelaciones de vuelos, las compañías estadounidenses aseguran que pierden diariamente veinticinco millones de dólares.

En el primer semestre, en Estados Unidos, las compañías que más perdieron fueron Pan American World Airways (217,6 millones de dólares), Braniff International (62,6) y Continental Air Lines (34,7).

La Pan American, que el pasado año vendió el edificio de 57 plantas que domina Park Avenue, en Nueva York, y era de algún modo símbolo en tierra de la sociedad, pidió el pasado día 10 a sus 33.100 empleados que aceptaran una reducción del 10% de sus salarios. La dirección de la empresa, además, tiene prevista una operación de saneamiento que pasa por el recorte de an 10% de la plantilla antes de que finalice el verano, y un 20% antes de fin de año.

La Continental Airlines perdió el pasado domingo a su presidente, A. L. Feldman, quien apareció muerto, de un tiro en la cabeza, en su despacho de Los Angeles. Los problemas financieros que atraviesa la compañía hacen suponer que se trata de un suicidio.

Entre las empresas que mantuvieron el tipo durante el primer semestre del presente año figuran la United Airlines, que perdió 12,7 millones de dólares, y la Eastern Airlines, cuyas pérdidas alcanzaron medio mllón de dólares.

United Airlines, que dominó durante años el 25% del tráfico interno norteamericano, ha pedido a sus 5.000 pilotos la negociación de unos acuerdos para aumentar la productividad; en concreto, la empresa pretende que trabajen siete horas más al mes y rebajar de dos a tres el núniero de tripulantes en los vuelos.

Los ejecutivos de la Eastern Airlines ya han aceptado una rebaja del 10% en sus salarios.

Las compañías norteamericanas que obtuvieron beneficios en el primer semestre del año fueron USAir (31,4 millones de elólares, American Airlines (22,8) y Frontier Airlines (13,3).

Europa, afectada

Una de las definiciones clásicas de la aviación comercial es la de constituir un trabajo sin fronteras. Los aviones son similares en todo el mundo, el lenguaje empleado, el inglés, es común a todos los pilotos y controladores de tráfico, y las normas de vuelo están definidas para la mayor parte de los países por una organización internacional reconocida y autorizada por las compañías. Esta es razón suficiente para que la huelga de controladores norteamericanos, como la experiencia está demostrando, salpique de retrasos y cancelaciones de vuelo, pérdidas económicas en definitiva, a todo el mundo occidental, y de forma especial y más grave, a Europa. De forma especial porque el viejo continente proporciona el mayor flujo de tráfico hacia Estados Unidos. Y de forma más grave porque los vuelos hacia aquel país se realizan por la ruta del Atlántico Norte, una vía aeronáutica machacada por la competencia de precios y en la que una gran parte de las compañías mantiene los vuelos por razones de prestigio.

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