Marcos Santana,
un niño de doce años, natural de Las Palmas, fue el más joven de los treinta nuevos miembros de la comunidad de testigos de Jehová de Canarias que el pasado fin de semana recibieron el bautismo por inmersión en la piscina del polideportivo de Santa Cruz de Tenerife, con motivo de la celebración en dicha capital de su asamblea anual de distrito.Tal operación de ingreso religioso fue auxiliada por algunos ancianos de la comunidad, que no vienen a ser, precisamente, los de mayor edad de la misma. Se trata de una categoría jerárquica. Entre los bautizados figuró también una joven de catorce años, aquejada de una grave enfermedad, y un anciano de 66 años. A la asamblea de los testigos de Jehová, que tiene como lema genérico "Lealtad al Reino celestial" asistieron 2.500 personas, de todas las edades y sexos, procedentes de todo el archipiélago. El programa de la misma tuvo como colofón la escenificación de un drama bíblico titulado "¡Cuídate del habla rebelde!".
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