Caótica situación ante los Campeonatos de España
La situación es de auténtico caos en el atletismo ante la celebración de los campeonatos nacionales que comenzarán mañana a disputarse en el estadio Serrahima, de Barcelona. En Madrid, los atletas no han podido prácticamente entrenarse, al estar las instalaciones cerradas; la élite no tiene ningún interés en participar, al tener contratadas vanas reuniones internacionales durante este mes, y la Federación, para evitar un escándalo y posibles sanciones, ha consentido que cada uno participe en la prueba que quiera, no en la que sea especialista.
El haber programado estos campeonatos en tales fechas les ha conducido al fracaso. La temporada ha llegado prácticamente a su fin y participar en ellos no representa mayor interés que el de quedar campeón, hecho del que «pasan» las figuras. La Federación, en un intento de salvar el programa, obligó a participar a todos los atletas becados, advirtiendo que tendrían que pedir permiso para cambiar de prueba. Esta obligatoriedad sentó mal y hubo atletas que pensaron en simular lesiones. La Federación pronto advirtió que los lesionados tendrían de diez a veinte días de reposo absoluto por prescripción facultativa, con la consiguiente imposibilidad de participar en las reuniones europeas. Se trataba de salvar una programación equivocada.Prieto fue el primero que solicitó el cambio de prueba. El pasado domingo corrió el 10.000 de la final B de la Copa de Europa y no era lógico que corriera mañana el del campeonato nacional. Se le admitió que corriera el 5.000 y después que Cerrada hiciera el 10.000, José Luis González el 800 y José Alonso el 200, pruebas que les servirán a todos de alguna manera en su preparación para los meetings de agosto. Se contentó entonces a los atletas, pero esta vez a costa del público, que no podrá presenciar un duelo Cerrada-Prieto, un posible récord de Alonso en 400 vallas y a un fenómeno mundial, José Luis González, en el 1.500, que es la prueba por la que se cotiza.
La celebración de los campeonatos nacionales en agosto ha coincidido con el cierre del estadio del INEF este mes. Sólo queda Vallehermoso, y cierra a las 20.15 horas, hora en la que todavía el calor es fuerte. Se da la circunstancia, además, de que bastantes pruebas de los campeonatos se celebrarán en jornada de noche, a partir de las diez, por lo que los atletas estarán obligados a competir a horas en las que no les dejan entrenarse.
En el INEF de Madrid permanecen varios empleados por la mañana con órdenes de no dejar pasar a nadie a las pistas. Es al anochecer cuando los atletas se ven obligados a saltar la valla para poder entrenarse, pero sin poder acceder a todo el material que precisarían. La ducha tiene que ser a base de manguera, porque hasta la Residencia Blume también está cerrada, aunque permanece un empleado en ella. Los residentes han sido trasladados a un colegio mayor y todas las posibilidades apuntan a que ahí tendrán que instalarse definitivamente -lo que ya provocó un plante coincidente con los últimos Juegos Mediterráneos- ante la pretensión de convertir la Residencia Blume en un centro de hospedaje para deportistas de paso.
Estos campeonatos de España, además de todos los inconvenientes que están planteando a los atletas, les costarán dinero a éstos. Todos los que hayan realizado la marca mínima de participación -unos 350 entre hombres y mujeres- recibirán una subvención federativa si residen fuera de Barcelona, pero esta ayuda no les permitirá cubrir gastos. A los atletas de Madrid, por ejemplo, la Federación les concede 12.000 pesetas a cada uno para gastos de viaje, hospedaje y alimentación. Los campeonatos comienzan el viernes a las ocho de la tarde y terminan el domingo a las 21.45 horas. Y hay atletas que por participar en más de una prueba tendrán que permanecer los tres días.
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