Los asesores fiscales y las 10.000 pesetas

En relación con el artículo de Ricardo Lezcano aparecido en el número de su diario correspondiente al domingo 26 de julio, no puedo menos que sentirme aludido dentro del grupo de «escasos asesores fiscales» que cita. Y, como tal, creo que es preciso poner las cosas en su sitio.En primer lugar, situar al señor Lezcano en la parcela que le corresponde para poder comprender su postura, que es barrer para dentro con criterios que el ministerio comparte, pero el ministerio como institución, pues los «escasos asesores fiscales» que mantenemos la deducción de las 10.000 pesetas por sujeto pasivo también sabemos que gran número de inspectores no comparten el criterio del ministerio en ese tema. Y que la primera sentencia en contra del criterio del ministerio ya se ha producido en Barcelona. La razón recaudatoria es comprensible, pero no es argumento jurídico, como fue el que utilizó el señor Sánchez-Ocaña en su «Tribuna libre».

En segundo lugar, creo que el señor Lezcano no quiere saber de dónde vienen los tiros en lo que él llama guerra contra la reforma fiscal. Los asesores fiscales tratamos de que las leyes se cumplan, y en eso, no lo olvide el señor Lezcano, colaboramos sinceramente con la Administración. Pero al querer que las leyes se cumplan no podemos consentir que se pretenda, ni por motivos recaudatorios ni por otros legales, mantener oficialmente criterios contrarios a lo legislado.

Por último, para no hacer esta carta interminable, creo que los conceptos confusos, que son los que originan las polémicas, tienen su causa muchas veces en la falta de visión práctica a la hora de redactar los textos pertinentes, pues se insiste en Ver sólo el lado recaudatorio y se pospone la seguridad jurídica, fundamental en un Estado de derecho./