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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Archivo de Indias

El cierre durante el mes de agosto del Archivo General de Indias es una muestra más del abandono típico y endémico a que se ven sometidos nuestras bibliotecas y archivos. Recientemente, el director del Centro Nacional del Tesoro Bibliográfico, don Justo García, señalaba que era incorrecta la denominación de Archivo de Indias y que debido al valor y la enorme dimensión de la documentación allí guardaba, debía denominarse Archivo Continental.Quisiera establecer un paralelismo entre lo majestuoso de nuestro tesoro bibliográfico y el trato paupérrimo que -salvo honrosas excepciones- recibe. Un país que dispone de códices miniados suficientes para organizar la mayor exposición del mundo sobréla vida cotidiana en el año 1000; un país rebosante de archivos fabulosos, como el Archivo Continental, Simancas (otro archivo continental en este caso europeo), el Arxiu de la Corona d'Aragó, la Biblioteca Nacional, el Archivo Histórico Nacional y un interminable etcétera, sufre un abandono oficial inimaginable no ya en Europa, sino en cualquier país tercermundista.

Creo que la valiente denuncia lanzada por Antonio Domínguez Ortiz y otros historiadores e intelectuales no atañe sólo al caso de Sevilla, sino que se trata de un SOS para que los gobernantes cambien de una vez su posición ante la cultura. No deja de resultar sorprendente que mientras el jefe del Ejecutivo recibe medallas en universidades y, cita a nuestros clásicos antiguos y modernos, algunos altos cargos sólo consideran cultura a ciertos deportes, cuadros o monumentos, y que los libros no merecen más cuidados que almacenarlos en viejos estantes. Por citar un dato, la Biblioteca Georges Washington dispone de 5.000 empleados, y la Biblioteca Nacional, cerca de 50.

Considero llegado el momento de que historiadores, bibliotecarios, intelectuales... aunemos nuestros esfuerzos, libros, tinta y voces para defender la cultura y situarla al nivel que merece. Como decía alguien a quien le dolían estos temas: «Si la defensa y desarrollo de la cultura no aúna a izquierdas y derechas, ¿qué puede unirles?»./

Historiador y periodista.

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