La policía interroga a seis "ultras" sobre varios atentados y asesinatos
La policía interroga en estos días a seis presuntos ultraderechistas, de cuyas primeras declaraciones parece existir indicios suficientes que podrían conducir al esclarecimiento de casos aún no resueltos, como el envío de cartas-bomba al diario EL PAIS y al Club de Amigos de la Unesco, los asesinatos de un mendigo y de un supuesto drogadicto, así como la colocación de numerosos artefactos explosivos, entre ellos el reciente de la plaza de Olavide, de Madrid, y otros actos delictivos de marcado matiz terrorista, según supo este periódico de fuentes próximas a las investigaciones.
Aunque desde posiciones oficiales se mantiene absoluto silencio acerca del contenido de las declaraciones formuladas hasta la fecha por los detenidos, a los que se les ha aplicado la ley Antiterrorista, las fuentes informantes señalaron que la operación policial, llevada a cabo conjuntamente por funcionarios de las brigadas regionales de Información y Policía Judicial, se inició a raíz de un suceso ocurrido el pasado 27 de junio en la calle del Cardenal Cisneros, de Madrid, en el curso del cual el joven Félix Sanz Arroyo, de veintitrés años, resultó herido por arma de fuego por unos individuos que se dieron a la fuga. El disparo se produjo cuando el citado joven, que viajaba en un coche acompañado de un hermano y de tres amigos, se dirigió a los ocupantes de un turismo que les interceptaba el paso con objeto de que les dejaran circular. Uno de estos individuos, sin mediar palabra, disparó contra Félix Sanz y se dio a la fuga en el automóvil que bloqueaba la circulación, cuya matrícula fue detectada rápidamente por la policía.
Las mismas fuentes manifestaron que tras las primeras pesquisas policiales han sido detenidas hasta la fecha un total de seis personas, entre las que, al parecer, se encuentra el que fue presidente del Frente de la Juventud (FJ) José de las Heras. De los primeros interrogatorios, siempre según las mismas fuentes, la policía ha podido saber que algunos de los detenidos podrían haber participado en la colocación de numerosos explosivos y en los asesinatos de un mendigo y de un supuesto drogadicto, hechos ocurridos recientemente, y tiene fundadas sospechas -«más que fundadas», según un alto dirigente policial- de que podrían estar implicados en el envío de cartas-bomba al diario EL PAIS, atentado que le costó la vida a nuestro compañero Andrés Fraguas y causó gravísimas heridas a Juan Antonio Sampedro y Carlos Barranco, y al Club de Amigos de la Unesco, en el que resultaron heridos de extrema gravedad los directivos Luis Enrique Esteban y María Dolores Martínez. El primer atentado se produjo en octubre de 1978, y el segundo, en enero de 1980.
Las fuentes consultadas por este periódico indicaron que uno de los asesinatos que podría quedar esclarecido con estas detenciones sería el cometido a principios de julio del presente año contra el mendigo de 48 años Luis Arribas, cuyo cadáver fue encontrado con un disparo en la cabeza en el cruce de las calles de Palafox y de Alburquerque, de Madrid. El otro asesinato sería el de un supuesto drogadicto, que resultó apuñalado el pasado día 27 de julio.
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Los ultraderechistas detenidos podrían estar implicados en la realización de una cadena de acciones terroristas
Viene de primera páginaMedios oficiales de la policía confirmaron las detenciones de los seis ultraderechistas, aunque no quisieron aportar detalles al respecto, ya que estiman que facilitar cualquier información podría perjudicar las investigaciones. Sin embargo, las fuentes que informaron a este periódico señalaron que en los próximos días se daría a conocer oficialmente el resultado de las investigaciones, probablemente coincidiendo con una programada conferencia de Prensa que, al parecer, proyecta celebrar mañana, viernes, el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, al término del Consejo de Ministros.
Entre los atentados en los que podrían haber participado los ultraderechistas detenidos por la policía se encuentra el perpetrado la madrugada del pasado 18 de julio en la plaza de Olavide, de Madrid. En esta ocasión cinco personas resultaron lesionadas a consecuencia de la explosión de un artefacto colocado junto a un arbusto. La bomba, de fabricación casera, estaba compuesta por medio kilogramo de pólvora y activada con un sistema pirotécnico de ignición. Asimismo se les considera autores de la colocación de numerosos explosivos, algunos de ellos en librerías, y de la realización de otros actos delictivos.
Las mismas fuentes indicaron que los ultraderechistas detenidos, algunos de los cuales han sido militantes de Fuerza Nueva, no formaban parte de ningún grupo de extrema derecha organizado y precisaron que son en su mayoría jóvenes, aunque en ningún momento se quiso facilitar la identidad de ellos. José de las Heras, en cambio, se encontraba ayer en las dependencias de la Jefatura Superior de Policía siendo interrogado por los funcionarios encargados de las investigaciones. Se desconocen las acusaciones que se le imputan a De las Heras, persona que ya ha sido detenida en varias ocasiones por la policía, aunque puesta posteriormente en libertad por el juez sin cargos.
Atentado contra EL PAIS y el Club de Amigos de la Unesco
Dos de los casos que han quedado sin esclarecer en los últimos tiempos por la policía fueron las cartas-bomba enviadas contra la redacción de EL PAIS, el 30 de octubre de 1978, y los locales del Club de Amigos de la Unesco, de Madrid, el 26 de enero de 1980. Aunque existe una diferencia de más de un año entre la realización de uno y otro atentado terrorista, la policía siempre sospechó que ambas acciones procedían de las mismas personas, en este caso miembros de la ultraderecha.
La carta-bomba, llegada a nuestra redacción en servicio ordinario de correos, hizo explosión en la cuarta planta del edificio de PRISA, cuando empleados de esta casa procedían a clasificar la correspondencia. A consecuencia de la explosión resultaron heridos de gravedad Andrés Fraguas (diecinueve años, botones), Juan Antonio Sampedro (34 años, jefe de los servicios generales) y Carlos Barranco (dieciocho años, botones). Dos días después fallecía Andrés Fraguas, a consecuencia de las heridas que le produjo la metralla.
La explosión de esta carta-bomba se produjo en la víspera del día que el Congreso y el Senado, reunidos en sesiones simultáneas, aprobasen el texto constitucional, que sería refrendado en plebiscito pocas semanas después. A los quince días de este atentado, el entonces ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, afirmaba en conferencia de Prensa que «en el caso de EL PAIS se está traba ando mucho y bien». En aquel encuentro con los periodistas, Martín Villa aprovechaba la ocasión para decir que todos los atentados de extrema derecha se encontraban resueltos policialmente.
El pasado 31 de octubre, coincidiendo con el segundo aniversario del atentado, fuentes del Ministerio del Interior indicaron a este periódico que no había ninguna novedad en torno al caso. Sin embargo, meses después, responsables de la lucha contra el terrorismo aseguraban que nunca se detuvieron las insvestigaciones y que se esperaba algún día conocer la identidad de los responsables.
El atentado contra la sede del Club de Amigos de la Unesco, situado en la madrileña plaza de Tirso de Molina, se produjo casi de la misma forma que el perpetrado contra este periódico, cuando dos directivos de la entidad se disponían a abrir la correspondencia. La explosión hirió de gravedad a Luis Enrique Esteban y a María Dolores Martínez Ayuso, ambos militantes del Partido Comunista de España (PCE). El primero trabaja en una sucursal de un banco francés y la segunda en CEPSA, empleos que simultaneaban con su actividad al serviel.) de este club.
Según explicó la portera del edificio donde estalló la bomba, un hombre joven «muy bien parecido» llevó el paquete personalmente, explicando a la empleada que lo recibió que se trataba de un libro para la citada entidad. El artefacto hizo explosión cerca de un salón en el que se encontraban reunidas un centenar de personas, sin que ninguna de éstas resultase afectada por la onda expansiva. El Club de Amigos de la Unesco, fundado en 1960, había sido un reducto defensor de los derechos humanos durante los últimos años del franquismo.
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